Eran sin duda una de las parejas más atractivas de la vida social. El hijo mayor de Nati Abascal es, a sus 38 años, uno de los hombres más elegantes de nuestro país. Guapo, digno heredero de la distinción de su madre, educado y triunfador. Su mujer, una estilista vasca con un estilo muy personal, no se queda atrás en sofisticación. La boda de uno y otra en 2010 fue una alianza perfecta de guapos con mimbres sobrados para comerse el mundo. Y lo hicieron. No había evento de referencia que no contase con su presencia.

El nacimiento de sus gemelos, de nombres Rafael y Laura, igual que sus padres, en 2012 empezó a cambiarlo todo. Una fuerte preocupación por mantenerlo en el anonimato les fue alejando de los focos que tanto les querían. El fichaje de Rafa Medina por Massimo Dutti en 2014 fue la excusa definitiva para decir adiós a una vida que ya no les cuadraba.

Rafa y Laura hicieron sus maletas y se mudaron a Barcelona con suma discreción. Se instalaron en la zona alta de la ciudad, en una lujosa urbanización cerrada, y se dedicaron a cultivar su familia. Rafa tuvo que dejar la firma que había fundado junto a dos socios en 2012, Scalpers, para no competir con su nuevo jefe de Inditex. Se puso a los mandos de la sección Mens Tailoring y ahí sigue, liderando con éxito un equipo humano pegado a la moda. Laura también abandonó su trabajo en Mango y hace colaboraciones puntuales como estilista para producciones de moda. El resto de su tiempo, es únicamente para sus hijos y su marido.

No acuden a ningún evento. No hay cita ya que los reclame porque ellos se han retirado de forma voluntaria y, sobre todo, rotunda. Su presencia solo está asegurada en aquellas celebraciones privadas en las que la amistad prima. El pasado martes, fueron juntos al concierto de Adele en Barcelona. Sin amigos, una noche de deleite musical y a casa con sus pequeños. El fin de semana, planes de naturaleza y bici –Rafa dedica a esta afición todo su tiempo libre- son sus principales ocupaciones. Eso, y la visita puntual de sus familiares para estar con ellos. Así es la vida que han elegido. El anonimato y la discreción son ahora su lema.

Concierto en Barcelona

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A pesar de intentar pasar desapercibidos, el matrimonio no consiguió evitar ser fotografiado a la salida del único concierto que la artista Adele ofreció el pasado día 24 en nuestro país

Vida discreta

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Desde el nacimiento de los pequeños, sus apariciones en público están contadas. En la foto, durante la fiesta flamenca de Valentino celebrada el año pasado en Madrid.

Luciendo curvas

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Durante la boda de Mercedes Bohórquez Domecq y Bruno Oliver Bultó, Laura presumió de su incipiente barriguita de embarazada con un ajustado vestido naranja con incrustaciones.

Feliz familia

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La llegada de los gemelos a sus vidas supuso un cambio radical en el estilo de vida del matrimonio, que empezó a ser mucho más discreto.

Tarde de toros

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Poco antes de contraer matrimonio en 2010 en una romántica ceremonia a la que asistieron numerosas personalidades del panorama nacional, la pareja disfrutaba de una agradable tarde de toros en la feria de Brihuega

Vacaciones de película

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Paseos en barco, románticos atardeceres, paseos por la playa... Antes del nacimiento de sus gemelos, la pareja no escondía su amor. En la foto, durante unas vacaciones en Menorca.

La pareja más envidiada

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Ambos poseen físicos espectaculares, son elegantes y se caracterizan por su impoluta educación. Todo ello hace que durante años hayan sido una de las parejas más envidiadas del panorama nacional.

Demostraciones de cariño

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No importa dónde estuvieran, Rafa y Laura demostraban complicidad y se regalaban muestras de cariño en cualquier sitio. 

Los más elegantes

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No importaba el evento al que asistieran, Rafa Medina y Laura Vecino conseguían siempre colarse en la lista de los más elegantes y mejor vestidos.

Retirados del mundo VIP

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Estaban en lo más alto y no se perdían ningún tipo de evento. Sin embargo, ahora, su presencia sólo está asegurada en aquellas celebraciones en las que la amistad prima.

Elegancia y sofisticación

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Sencillos y discretos, guapos, elegantes y sofisticados. El matrimonio lo tenía todo hecho para comerse el mundo.

La vida secreta de Rafa Medina y Laura Vecino

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Eran sin duda una de las parejas más atractivas de la vida social. El hijo mayor de Nati Abascal es, a sus 38 años, uno de los hombres más elegantes de nuestro país. Guapo, digno heredero de la distinción de su madre, educado y triunfador. Su mujer, una estilista vasca con un estilo muy personal, no se queda atrás en sofisticación. La boda de uno y otra en 2010 fue una alianza perfecta de guapos con mimbres sobrados para comerse el mundo. Y lo hicieron. No había evento de referencia que no contase con su presencia.

El nacimiento de sus gemelos, de nombres Rafael y Laura, igual que sus padres, en 2012 empezó a cambiarlo todo. Una fuerte preocupación por mantenerlo en el anonimato les fue alejando de los focos que tanto les querían. El fichaje de Rafa Medina por Massimo Dutti en 2014 fue la excusa definitiva para decir adiós a una vida que ya no les cuadraba.

Rafa y Laura hicieron sus maletas y se mudaron a Barcelona con suma discreción. Se instalaron en la zona alta de la ciudad, en una lujosa urbanización cerrada, y se dedicaron a cultivar su familia. Rafa tuvo que dejar la firma que había fundado junto a dos socios en 2012, Scalpers, para no competir con su nuevo jefe de Inditex. Se puso a los mandos de la sección Mens Tailoring y ahí sigue, liderando con éxito un equipo humano pegado a la moda. Laura también abandonó su trabajo en Mango y hace colaboraciones puntuales como estilista para producciones de moda. El resto de su tiempo, es únicamente para sus hijos y su marido.

No acuden a ningún evento. No hay cita ya que los reclame porque ellos se han retirado de forma voluntaria y, sobre todo, rotunda. Su presencia solo está asegurada en aquellas celebraciones privadas en las que la amistad prima. El pasado martes, fueron juntos al concierto de Adele en Barcelona. Sin amigos, una noche de deleite musical y a casa con sus pequeños. El fin de semana, planes de naturaleza y bici –Rafa dedica a esta afición todo su tiempo libre- son sus principales ocupaciones. Eso, y la visita puntual de sus familiares para estar con ellos. Así es la vida que han elegido. El anonimato y la discreción son ahora su lema.