En la oscuridad de la última fila del teatro Akadèmia de Barcelona, Ricardo Bofill intentaba pasar desapercibido. Hace quince años que no quiere saber nada de la prensa rosa tras sus fallidas relaciones con Chabeli Iglesias, su único matrimonio celebrado en 1993, y las idas y venidas con Paulina Rubio entre 1995 y 2004. Sin embargo, tras tanto tiempo en silencio, el arquitecto reapareció para sorprender a su progenitora, la actriz italiana Serena Vergano, nacida en 1943, que volvía al teatro después de tres décadas.

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“Mi madre no me ha comentado nada, se lo tenía muy bien guardado. Menuda sorpresa”, nos confesaba tras la última ovación a la protagonista. La que fuera musa de la Escuela de Barcelona y ganadora de la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián en 1967 por ‘Una historia de amor’ se armó de valor para interpretar el monólogo autobiográfico ‘Léxico familiar’ en español, francés, italiano y catalán.

A lo largo de una hora, la intérprete acompañó su palabra con imágenes siendo una cría y una adolescente junto a sus padres y de adulta junto a Ana Magnani, y, por supuesto, junto a un jovencísimo Ricardo Bofill, su futuro marido.

Ha reaparecido para acompañar a su madre en su último proyecto profesional

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En la actualidad, Ricardo Bofill Jr. es un hombre discreto que valora su intimidad, ha ganado algunos kilos y se le ve sereno. Vive frente a la playa de Barcelona junto a su novia, una guapísima venezolana llamada Gabriela, y está dedicado en cuerpo y alma a la arquitectura, pasión heredada de su padre y su abuelo.

En exclusiva, desveló que “estamos un poco fuera del circuito, somos muy discretos. Es increíble que muchos sigan ahí después de tantos años. Pones la tele y sigues viendo a Kiko Matamoros y compañía… Cuando dije que dejaba el corazón me respetasteis, fue algo muy bonito. En el 2003 dije que me iba y la revista Interviú me ofreció 60.000 euros para que lo contara, pero les dije que justamente lo tenía que hacer gratis para acabar con todo y se lo expliqué a un cronista de El Mundo”. Su novia quiere pasar desapercibida y se aleja en cuanto ve que se están haciendo fotografías con el móvil.

Actualmente vive en Barcelona junto a su novia

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Atrás quedó un pasado marcado por sus relaciones sentimentales, las drogas, las fiestas y el desenfreno. Ricardo quiso coger el timón de su vida y se ha convertido en la mano derecha de su padre. “Muchas veces me sorprende por la energía que tiene a sus casi 80 años. De repente, de un día para otro, me dice que tenemos que coger un avión a China y lo hacemos”, admite. A pesar de que aún tiene proyectos por acabar en el gigante asiático, Ricardo reconoce que “he dejado muchos países para centrarme en la India, donde no hay muchos arquitectos blancos, por decirlo de alguna manera. Es un sitio que me fascina y allí estamos haciendo proyectos muy interesantes”.

Paco Rabal ejerció de Cupido entre Serena y Ricardo Bofill

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Serena estaba inquieta. Pero feliz porque todo el mundo le felicitaba. En su monólogo dejó patente que su gran cambio vital ocurrió en 1962 cuando llegó a España para rodar junto al galán Paco Rabal la película ‘El conde Sandorf’. El actor siempre estuvo rodeado de artistas, bohemios e intelectuales como Alberti, Picasso, Buñuel, Dominguín o Bofill.

Cuando Serena acudió a una de sus reuniones, en seguida quedó prendada del apuesto arquitecto. Se casaron y en 1965 nació su único hijo, el mediático Ricardo Bofill Jr. Sin embargo, el matrimonio se resquebrajó tras la infidelidad de su marido con la modelo Loulou de la Falaise, musa de Yves Saint Laurent.

El monólogo de Serena estuvo acompañado de numerosas fotos de su vida

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Enérgica, fiel a sus ademanes milaneses y con un fuerte carácter, al acabar la función Serena comentó: “Estoy cansadísima. La vuelta ha sido dura porque he tenido que luchar mucho para poder hacer la función. Nunca he hecho un monólogo, me lo he escrito y me lo he cascado yo sola y me ha dirigido el fantástico Guido Torlonia”. Mientras su hijo estaba saludando a viejos amigos de la familia, la actriz admitió que “igual en noviembre vuelvo, pero serán también dos días. Yo no puedo trabajar. Estoy jubilada (sonríe). Y antes de marchar, enfatizó: “Ricardo ha sido la mejor obra de mi vida”.

Sorprende que Ricardo no la llame mamá. En todo momento se refería a ella como Serena. Entre ellos hay una química especial, casi de protección. La Vergano ejerce de ‘mamma’ hasta el último momento: “Ricardo, viene qua” (Ricardo, ven aquí).

Sonados romances

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Ricardo Bofill saltó a las páginas de la prensa rosa tras su noviazgo y posterior boda con Chabeli Iglesias en 1993. Su matrimonio apenas duró un año y medio y, según ella, se acabó porque él quería un estilo de vida que ella no compartía. Después, en 1995, Bofill empezó a salir con Paulina Rubio, con quien tuvo una relación de ida y vuelta hasta 2004.