"La lección más importante me la enseñó Paula". Así se ha sincerado Isabel Allende sobre la vida en el marco de la conferencia 'Aprendemos Juntos 2030' de BBVA. La escritora, de 82 años, perdió a su hija con 28 años -hace ya más tres décadas-, aquello supuso un antes y un después. "Uno solo tiene lo que da. Cuanto más das, más recibes", explica. 

Isabel Allende: "Escribir el libro 'Paula' me ayudó a sanar"

"Mi hija estuvo en coma un año y murió en mis brazos. Yo estaba con el corazón partido. Te puedes imaginar por lo que había pasado. Mi mamá vino de Chile, me dijo: ¿qué vas a escribir?". Ante aquella pregunta Isabel Allende pensó que no tenía fuerzas, pero su madre tuvo un gesto que lo cambió todo. Le entregó las cartas que le había enviado a lo largo de la enfermedad de su hija. "Me dijo: 'léelas'. Están en orden cronológico".

Isabel Allende en el Instituto Cervantes de Madrid

Isabel Allende en el Instituto Cervantes de Madrid

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Detenerse en cómo relató a través de las cartas la enfermedad de su hija le sirvió para sanar. "Ese año fue una sola noche larga y oscura. No podía distinguir un día de otro. Al leer las cartas comprendí que la única salida para mi hija era la muerte". Su libro 'Paula' supuso una auténtica catarsis. "Un libro escrito con lágrimas que me ayudó a comprender lo que había pasado, aceptarlo y también a transformar la rabia que sentía contra todo eso, por el amor por Paula".

A partir de aquello solo buscó vivir los años que le quedaban como los habría vivido su hija. "Escribir el libro Paula me ayudó a sanar". En esta ocasión, ha recordado a su hija como una persona extraordinariamente generosa, también compasiva, que pasó su vida ayudando a los más vulnerables. 

"Uno nunca olvida, y el dolor de haber perdido una hija se queda bajo la piel para siempre, y emerge con cualquier disculpa", ha manifestado. El proceso creativo fue clave para que Isabel Allende cogiera fuerzas. "Dos cosas me ayudaron en ese momento y a lo largo de la vida. Una fue la escritura y otro la gente. El amor de la gente, la compañía, la compasión". 

Isabel Allende, foto de archivo tomada en 2019

Isabel Allende, foto de archivo tomada en 2019

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La escritora ha hecho hincapié en que la fuerza más grande se encuentra en el amor. "La generosidad nos hace más felices". Además, ha querido subrayar que existe una tendencia en la sociedad actual que nos hace acumular y querer tener más. "A mi edad uno se desprende de todo. Sabes que no te vas a llevar nada contigo. Hay una gran liberación en eso. Cuanto más uno entrega, no solo está más libre, también te empieza a llegar de vuelta, no cosas: afecto, relaciones... la vida se hace más linda dando. Esta es la gran lección que me enseñó mi hija", ha subrayado. 

 

Isabel Allende: "Si uno se abre y lo comparte con otros, hay consuelo"

Para la escritora chilena la sanación empieza por abrirse a los otros. "Encerrarte es lo peor que uno puede hacer. Si uno se abre y lo comparte con otros, hay consuelo, hay sanación".

Isabel Allende, foto de archivo tomada en 2019

Isabel Allende, foto de archivo tomada en 2019

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En cuanto al momento actual que atraviesa el mundo, Isabel Allende ha reconocido que intenta mantener una visión optimista. "A veces parece que retrocedemos, pero el arco de la historia, de la humanidad, es hacia el progreso, hacia la evolución. Ningún tiempo pasado fue mejor que el de ahora, por muy malo que sea este. ¿Por qué? El tiempo pasado, que fue mejor, lo fue para muy poca gente. La gran mayoría de la gente está mejor hoy", ha afirmado.

La novelista, que ha sacado al mercado recientemente su último libro Mi nombre es Emilia del Valle, ha insistido en que actualmente vivimos en una sociedad en la que hay más educación, más información, más salud, más progreso y más ciencia. "Eso es evolución". Isabel Allende ha recordado que nació en la mitad de la II Guerra Mundial. "En la época del holocausto, de las bombas atómicas, 50 millones de refugiados nada más que en Europa. No existían los Derechos Humanos, no existían las Naciones Unidas, el feminismo estaba en ciernes, los derechos de los niños, la naturaleza...".

Por último, ha apostillado que siente ser parte de un proceso y de una cadena. "Puede que no vea el resultado del aporte que yo haga, pero quizás sí lo haga mi nieta. Lo importante es mantenernos informados y unidos". Ha subrayado que cuando uno está solo es "vulnerable", pero juntos somos "una fuerza tremenda". "Esa sensación de que juntos podemos hacer cualquier cosa me mantiene siempre optimista".