Una cumbre de influencers, aunque una boda normal. Así será el ‘sí, quiero’ de Susana Molina (35), conocida como Susana Bicho en el mundo de las redes, donde tiene más de un millón de seguidores. Ante el gran día, hablamos con ella de su boda con Guille Valle, pero también de su pasado, presente y futuro.
¿Estás nerviosa?
No, estoy muy tranquila, tengo muchas ganas. Estoy más preocupada que nerviosa, porque me he dedicado un año a preparar la boda, y al final es poner toda la carne en el asador para un solo día. Me preocupa no pasármelo bien.
¿Es la boda de tus sueños?
Creo que sí, porque no tengo unas expectativas muy altas. Simplemente me he encargado de que todo esté a nuestra medida y lo pasemos bien. No me he dejado llevar por lo que me dice la gente, voy a hacer una boda a nuestro gusto. Es una boda civil y normal si la comparo con otras que veo en redes de gente conocida, que para mí no son bodas, son festivales y la mía no. Que nadie se espere una feria.
¿Qué puedes adelantar del vestido de novia?
No quería cambios porque ese día tiene que tener protagonismo el vestido de novia. Creo que va a sorprender porque yo soy bastante básica y el vestido es muy yo, pero con un puntito especial, donde se nota la mano de la diseñadora Beatriz Claro, de
Claro Couture. Es un vestido convertible, pero también tengo otro por si al final me decido a ponerlo en la fiesta.
¿Se puede decir que es una boda antiinfuencer?
No quiero tirar piedras contra mi tejado porque habrá cositas, pero no una boda en la que pasan cosas todo el rato.
Susana Molina posa para SEMANA
Alberto Bernárdez
¿Qué influencers van a ir a tu boda?
Vienen las que son amigas. Por supuesto, Anabel Pantoja, Madame de Rosa, Aida (Dulceida), Nagore Robles, Marta Riumbau, Melissa Pinto, Ana Moya, Carla Flila...
¿Qué significa para ti el ‘sí, quiero’?
Con Guille me siento casada desde hace mucho tiempo porque tenemos una empresa juntos, vivimos juntos, tenemos dos perros, llevamos cinco años... No le quito el romanticismo, pero lo veo como el cambio de etapa mirando al futuro. Y le doy mucha importancia a juntar a toda la gente que queremos.
¿Qué te enamoró de él?
Yo me enamoré a primera vista. Lo vi en una fiesta de gente conocida y lo primero que le dije fue ‘¿a qué te dedicas?’ y cuando me dijo que era veterinario y que no tenía nada que ver con mi mundo me dije ‘este para mí’. Es una persona súper empática, nunca consigo discutir con él. Me ayuda mucho a nivel laboral, me anima y me hace mejor persona. Con él he transformado esa idea que tenía del amor súper romántica. A mí edad, cuando eliges a alguien, lo haces para ti, pero también para lo que puede venir en un futuro. Y otra cosa que me encanta de él es que no le interesa nada salir y figurar.
Susana Molina posa para SEMANA
Alberto Bernárdez
Te diste a conocer ganando Gran Hermano y luego participaste en La isla de las
tentaciones, ¿te has arrepentido alguna vez de tu paso por la televisión?
En absoluto. Gran Hermano considero que es la mejor experiencia que he vivido y ‘la isla’ también me ha aportado muchas cosas, algunas no tan buenas, pero la mayoría muy positivas porque a nivel laboral me vino súper bien.
¿Cómo fue tu vida tras salir de Gran Hermano?
Me desvinculé totalmente de la tele porque no era mi mundo y no se me daban bien los platós. Comencé con el mundo redes, pero muchos me veían como una fracasada.
Y pasados los años, en 2020, participaste con tu novio Gonzalo Montoya, a quien conociste en Gran Hermano, en La isla de las tentaciones, donde rompisteis.
Era una época en la que estábamos un poco estancados y como era la primera edición no sabíamos qué era. A nivel personal fue duro, pero ahora, mirado con la distancia, creo que nos vino bien a los dos.
¿Qué te ha dado la tele?
A nivel laboral todo. Antes de La isla de las tentaciones trabajaba en redes, pero no al nivel de ahora, por eso lo veo todo positivo. Conozco a algunas compañeras que me han dicho que la televisión les ha perjudicado, pero a mí me benefició.
Susana Molina posa para SEMANA
Alberto Bernárdez
¿Te gustaría participar en otro reality?
Nunca diría no a ninguno. Depende del momento de mi vida en el que esté. A mí me gustan mucho los realities, pero no los platós. A veces la vida es aburrida y con ellos puedes desconectar de tus cosas, y tu universo se convierte en ganar una prueba para comer. Me parecen fascinantes, recomendaría a todo el mundo que una vez en su vida entrara en alguno.
¿Qué cualidades hay que tener para triunfar en el mundo influencer?
Al principio con ser mona y tener estilo valía, pero ahora necesitas saber comunicar y que la gente vea en ti algo diferente. En la actualidad una chica mona y bien vestida no triunfa nada.
¿Hay más compañerismo o zancadillas?
Yo he escuchado muchas tramas turbias, pero a mí no me ha pasado. Yo tengo muy buenas amigas y gente que me ha ayudado mucho.
¿Qué te parece el fenomeno de las influencer que son ‘hijas o familia de...’?
No creo que sea así. Por ejemplo, Anita Matamoros abre una cuenta y no tiene seguidores por ser hija de quien es, la siguen porque es una chica ideal, con contenido súper creativo. Los ejemplos que veo aquí en España es de gente que todas lo hacen muy bien, como Anita, Anna Padilla o Victoria Federica, que en su caso es un perfil muy moda, pero encaja perfectamente.
Te casas y ahora además te estás haciendo una casa fuera de Madrid.
Sí, vivimos de alquiler en Madrid y con el presupuesto que tenemos podíamos comprarnos un piso en Madrid o una casa más a las afueras. Decidimos la casa porque sueño todos los días con levantarme y escuchar pajaritos en mi jardín.
¿Eres muy familiar?
Sí, pero de mi núcleo más cercano. Por ejemplo, tengo una relación muy estrecha con mi madre y con mi hermano, pero él no tiene nada que ver con este mundo. Ni siquiera tiene Instagram, así que imagínate.
¿Y cómo ha vivido tu madre tu mundo?
Ahora, con la perspectiva del paso del tiempo muy bien. Yo estaba en la universidad estudiando a ADE y nunca me puso pegas cuando me metí en la tele, porque básicamente lo hubiera hecho igual. Salí de Gran Hermano, dejé Murcia y me fui a vivir a Sevilla con Gonzalo, terminé la carrera y mi vida fue súper normal. Ingresé el premio que gané en GH y me puse a trabajar en una tienda de ropa ganando 890 euros. Entonces mi madre se relajó porque vio que volvía a una vida normal.
¿Qué rasgos definen tu personalidad?
La gente me dice que soy fácil. Todo me parece bien, me lo paso bien en cualquier lado, no pongo pegas, aunque cuanto más mayor me hago, más me cuesta. No me estreso fácilmente, intento relativizar y relajarme mucho. Creo que de un infarto no me voy a morir.
¿Cómo manejas las críticas en las redes?
Tengo 35 años y la primera vez que aparecí en televisión fue hace 12, ya hay callo. Al principio me afectaba muchísimo, aunque hay amigas que llevan más tiempo que yo y les afecta todavía mucho lo que digan de ellas. A las críticas negativas les dedico dos minutos de mi vida. Cuando me criticaron por mi despedida de soltera me reí mucho.
¿Qué otros pasos profesionales te gustaría dar?
Este año me he salido de mi zona de confort porque he estrenado un podcast, un ámbito en el que jamás me veía y me ha gustado mucho. Creo que no se me da mal. También me gustaría tener la oportunidad como presentadora, evidentemente formándome. A mí lo que me encantaría de verdad es presentar La isla de las tentaciones.
¿Cómo te ves en diez años?
Redes consume todo el mundo y mi público ha ido evolucionando conmigo. Mi madre necesita un referente apropiado a su edad y las edades de las audiencias van subiendo. Yo ahora también tengo seguidores de 25 a 45 años.
¿Te llama la maternidad?
Sí. Es un tema que me he cuestionado mucho y he hablado mucho este último año con amigas que están igual que yo, que pasas los 30 y parece que ya toca aunque te veas una niña. Llegas a una edad y empiezas a agobiarte. No me veo hasta que me vea, pero no lo descarto.