En un mundo de parejas efímeras, amores de photocall y vanidades absurdas, Charlie Centa, con solo 24 años, nos ha dado una lección a todos.
Charlie Centa se rasuró el pelo en solidaridad con Bimba, compartían tatuaje... y hasta físicamente se parecían.
Escribir algo sobre la prematura muerte de Bimba Bosé es redundante. Está todo dicho ya. Ella misma había sido un libro abierto desde que enseñara las cicatrices de la enfermedad, así que cualquier adjetivo que pudiera añadir se convertiría en epíteto.En estos dos días frenéticos en los que se nos instaló un nudo en la garganta a todos, también se han subrayado las virtudes de Charlie Centa, un 'skater' que enamoró a primera vista a Bimba en la patriótica plaza de Colón de Madrid y que la ha acompañado en un camino de espinas que ambos lograron hacer que pareciera de rosas en estos tres años.Más allá de hacer un panegírico de este chico, que se ha hecho adulto en un cursillo acelerado de la vida, quiero adentrarme en el complejo y enrevesado mundo de la pareja. Y él es un buen ejemplo para tirar del hilo.
Bimba y Charlie compartieron los momentos más divertidos de su relación en las redes sociales.
Raro es el día que no se rompe una pareja, y no solo me refiero a las de los famosos, que también. A nuestro alrededor, al igual que prolifera la 'moda pronta', de usar y tirar, también prevalecen las historias de amor rotas, efímeras, 'fast love', al que cantaba George Michael, el pobre. Historias que no van a ningún lado, porque, en muchas ocasiones, obedecen a decisiones dictadas por el instinto o el deseo momentáneo pero no por la voluntad de construir.Fidelidad, o mejor dicho, lealtad (eufemismo que se utiliza para las parejas abiertas) son valores a la baja y se asocian, en ocasiones, a concepciones reaccionarias de la vida, cuando es todo lo contrario. Bimba Bosé y Charlie Centa eran modernos como los que más, pero antiguos para algo tan primario como el amor, un sentimiento y una forma de entender las cosas que supone generosidad, entrega, respeto y, si me apuran, devoción.
Charlie, consolado en el tanatorio, y arropado por la familia y los amigos de su pareja.
Otra cuestión que no quiero pasar por alto es la madurez. Se tiende a excusar en muchas ocasiones comportamientos que se atribuyen a la juventud, aunque se tengan más de 40 años, porque, quien más quien menos, es un poco Peter Pan. Sin embargo, si estamos capacitados a los 18 años para tomar decisiones tan trascendentales como votar, no comprendo por qué cuando se tiene edad para ser abuelos nos comportamos como adolescentes.Charlie Centa ha demostrado que con poco más de 20 años se está preparado para afrontar la enfermedad de tu pareja, para hacerle la vida más feliz y, si no para hacer milagros, al menos para intentarlos.