Inés Hernand (Madrid, 1992) es una fuerza de la naturaleza. A veces se desborda como una tormenta y arrasa, otras es delicada y sensible como una leve brisa que al pasar te acaricia. Hernand camina por la vida con la tranquilidad de quien, equivocándose o no, pone el corazón por delante en todo lo que hace.
Quedo con ella en un céntrico restaurante de Madrid y llega un poco tarde. He de decir que como amiga no es la más puntual, pero en compensación se niega a pagar a medias, es innegociable que ella invita. Así es de fuerte Inés. Llega con el pelo mojado y enfundada en un vestido de licra con una sonrisa de lado a lado y los brazos abiertos anunciando abrazos.
Juntos hablamos de la televisión, de los fracasos, de los descubrimientos y de lo humano y lo divino. Con ustedes, una mujer que consciente de sus privilegios, no olvida la defensa de las causas que cree justas. Con ustedes, la contradicción y la lucha por el autodescubrimiento. Con ustedes, Inés Hernand.
Hernand junto a Belén Esteban y María Patiño celebrando los 10 años de Netflix el pasado 10 de junio.
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“Con Belén Esteban he tenido un crush”
¿Cómo viviste el final de ‘La familia de la tele’?
Yo me considero una persona bastante ubicada, tengo un cable de toma de tierra en todo momento. Así que lo viví con mucho realismo. El final de ‘La familia de la tele’ fue consecuencia de unos datos que no vinieron acompañando y consecuencia de, quizá, una persecución por un formato que intentaba sobrevivir a un momento histórico en el que a lo mejor ya no estamos. Al final solo se buscaba entretener y yo creo que es mucho más saludable intentarlo que no hacerlo y quejarse.
¿Con qué te quedas? ¿Qué te ha aportado a ti este programa?
Para empezar para mí ha sido un acercamiento a un bloque periodístico al que hasta el momento me había acercado solo como espectadora, pero jamás como parte de ello. El corazón siempre me había llamado la atención por cómo se hacía un tratamiento del personaje, de la noticia, etc. Después de vivirlo desde dentro me ha llamado la atención que sea una prensa tan estigmatizada cuando realmente aquí al final de lo que se habla es de una lucha de clases. No te estás entrometiendo en nada, estás haciendo un análisis, una suerte un comentario de texto de la actualidad de unos personajes que forman parte de esta industria por decisión propia. Me parece una prensa bastante working class, me gusta.
Al final hacemos de cronistas de nuestro tiempo, alguien nos leerá en el futuro y conocerá mejor cómo eran nuestras sociedades…
Totalmente de acuerdo. Además, la prensa del corazón lo que tiene son muchas capas. De entrada, te puede entretener con lo evidente, pero después tiene detrás un contenido que en muchos casos te puede llevar a una reflexión. Entender cómo se tratan las temáticas, o por qué se aborda desde un punto de vista concreto una trama de un personaje y no una de otro me parece un tratamiento dentro del ámbito periodístico interesantísimo del que he aprendido este tiempo. Además, este punto de realismo mágico, de cinema vérité, ver a Dulce desmayarse, a Marta Riesco correr por el Rocío, descubrir en Isa Pi a una tía con la cabeza colocada mejor que bien, todo esto solo te lo da el corazón.
¿Quién ha sido tu gran descubrimiento de 'La familia...'?
He tenido varios. Ya había trabajado con Aitor Albizua, aún así ha sido clave para mí por la complicidad, al final él y yo llegábamos de nuevas. De la gente que no conocía ha habido dos grandes descubrimientos para mí, uno de ellos es Belén Esteban. Nos llamamos con frecuencia y nos contamos nuestras cosas. Hice un viaje con ella a Sevilla para hacer la promoción de la familia y en el tren nos sentamos detrás de dos policías y entonces, según nos sentamos, ella me dijo “A ver, Inés, yo necesito que me expliques una cosa, porque yo no me aclaro ¿Tú eres de izquierdas o de derechas?” Entonces yo pues le expliqué un poco mi forma de ver las cosas y me encantó de ella que es una persona que me parece que es muy cabal y que tiene mucha inquietud por aprender. Encajamos desde el principio y me hace muy feliz tenerla cerca. Luego pues me he llevado muy bien con Raúl Rodo, con Laura Fa, pero mi otro gran descubrimiento ha sido Kiko Matamoros.
“Kiko Matamoros es un todólogo bien”
Ya te lo he dicho alguna vez, pero he sido muy fan de la conexión intergeneracional que habéis creado, de vuestra complicidad, de ver como os mirabais y ya os moríais de la risa.
Me he reído muchísimo con Kiko. Lo mejor del lenguaje de Matamoros es el de fuera de cámara. Cuando están poniendo un catch o un vídeo, todos los comentarios que hace por debajo son maravillosos, no podía aguantarme la risa. Matamoros es una persona que más allá del tempo que tiene televisivo, es una persona que tiene una capacidad de relativizar incluso su propia vida, que es fantástico.
Y una inteligencia superior a media.
Sí, es una persona que es muy interesante. Hemos hablado desde de Ana Julia Quezada a la raspa de paz Padilla. Y de todo entiende, tiene siempre una opinión formada, es un tío con muchas capas.
Es un todólogo bien…
Absolutamente, es un gusto compartir plató con él.
¿Te has llevado alguna decepción con alguien?
Decepción te diría que no, a lo mejor ha habido personas con las que ha sido más difícil o imposible romper la distancia. En algún caso te diré que ha sido por falta de tiempo, como con Chelo García-Cortés, que al final no coincidíamos tanto, pero un día nos tomamos un vino juntas y me enamoró. O con Víctor Sandoval, que también es una amistad en la que me encantaría descontextualizarlo de su personaje porque es un tío fantástico, pero no hemos tenido tiempo de ahondar.
El trío de presentadores de 'La familia de la tele', Inés, María Patiño y Aitor Albizua junto a Belén Esteban.
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“He procurado acercarme a María Patiño con cordialidad”
¿Y nadie más?
Y a ver, yendo a lo evidente, me han preguntado muchísimo si ha habido mal rollo con María Patiño. Yo con María Patiño, a título personal, no he tenido ningún problema y es más, he procurado acercarme a ella con cordialidad siempre y también controlando sus tiempos, porque soy una persona que ante todo soy muy respetuosa. O sea que entiendo que ella a lo mejor tenía una expectativa también del propio proyecto, que desconozco cuál era, pero entiendo que tenía a lo mejor sus propias frustraciones. Y en relación a eso, pues yo me he acercado como he podido y no ha surtido efecto. Pero para mí ni siquiera es como que decepción, pero parece como que han circulado por ahí comentarios en torno a la relación de Aitor, María y la mía, como si le hiciéramos bullying o como si tuviésemos una mala relación. Y creo que no, pero hemos tenido una relación cordial. Creo que hemos intentado entrar en convivencia y bueno y pues ha dado el resultado que se ha dado… También creo que la relación es para que fructifiquen o te enganchan mucho desde el principio, y tienes un crush como con Belén o Kiko o te hace falta tiempo.
Inés está en un momento dulce junto a su novio, Guillermo Camacho (DJ Verse), con quien quiere pasar por el altar.
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El pasado mes de abril te vimos casarte en Las Vegas con la Guille (su novio, DJ Verse, alter ego de Guillermo Camacho, ¿Habéis formalizado esta unión en España?
No, porque sale muchísimo más económico y más práctico, más rápido, directamente casarnos aquí ante notario. Así que aun no lo hemos hecho, pero lo haremos y lo haremos en un momento con amigos y estarás invitado. ¡La Insua tiene que estar en esa boda!
Qué ilusión, Inés.
Haremos algo bonito, bien pensado. Al final yo creo que es importante buscar un momento justo para las cosas, que te permitan hacer algo especial para ti y prepararlo con cariño. Así que habrá boda.
Te veremos presentar junto a Ruth Lorenzo en RTVE el concierto conmemorativo de los 20 años del matrimonio igualitario en España ¿Te hace ilusión seguir ligada a RTVE después del tropiezo de ‘La familia de la tele’?
Mucha ilusión, sobre todo porque nosotros no podemos hacernos responsables de ciertas cosas. Al final las relaciones tienen que pasar por distintas fases y la mía con Televisión Española ha sido así. He pasado por cuatro relaciones distintas con cuatro presidencias distintas y por ende, con muchos proyectos para formatos más digitales, más modestos, grandes formatos como el 'Benidorm Fest', o ‘No sé de qué me hablas’ con Mercedes Milá. Y por supuesto que quieran seguir contando conmigo me parece un sueño. Además, hay un cambio de parrilla en los últimos tiempos que agradezco que hayan hecho con pequeñas apuestas hacia otro lugar, me parece fantástico.
¿Qué planes tienes para el verano?
Pues mira, para el verano a mí me gusta mucho un “pica, pica”. Vamos a entrar y salir. La cancelación de ‘La familia de la tele’ me ha permitido acceder a otras cosas, como un cameo en un famoso programa de verano de la casa y alguna cosita así.
“A veces la vida es como una piscina municipal”
¿Te vamos a ver como una simpática vaquilla?
Pues a lo mejor, a lo mejor me veis con medio cuerno por arriban y medio por abajo. (Se ríe) No puedo desvelar nada. Pero sí, voy a hacer alguna colaboración con algunos programas de la casa y aparte, bueno, pues voy a terminar mi temporada de ‘Saldremos mejores’ (el videopodcast que presenta con Nerea Pérez de las Heras en Podium Podcast). Y después me iré con mi amigo Rubén a comerme una paella en la playa en Valencia, no tengo todavía nada cerrado. Otros años sí que tenía como grandes expectativas, pero ahora estoy más relajada. Tengo que decir que ahora estoy disfrutando mucho de las piscinas públicas, de las piscinas municipales. Voy a las que que encima tienen problemas de disponibilidad, entonces hay muchísima masificación. A veces la vida parece una piscina municipal, o sea que tienes en la misma línea sentado muslo con muslo, la silla de la persona que tiene la prótesis sobre la costilla flotante mal puesta de los 90, el homosexual con el bañador turbopaquete, una persona con el pelo muy largo y una familia de Argentina…
¿Hay un interés antropológico ir a la piscina municipal?
Sí, sobre todo porque dejo el móvil.
Qué importante.
Lo dejo aparcado. aparcado. Miro a mi alrededor y pienso “es que la vida es esto al final”. Bueno, y además es que la piscina que yo voy, a veces se cuelan dos patos e incluso cagan.
¿En la piscina?
Sí, vi un hilito negro saliendo del culo de uno de los patos. Y entonces, claro, yo dije. “¿Qué es este pequeño arca de Noé?” Entonces se puede aprender muchísimo.
Es el lugar perfecto para observar.
Quizás sea Hemingway de aquí a unos tiempos…
¿Te lanzarías a escribir?
Creo que sí. Además, es que soy muy fan porque todas las cosas que leo en como ‘El descontento’ (Temas de hoy, 2023) de Beatriz Serrano, ‘La lengua entre los dientes’ (Círculo de tiza, 2023) de Guillermo Alonso, o ‘La mala costumbre’ (Seix Barral, 2023) de Alana S. Portero, son novelas hiperrealistas, por eso me gustan tanto. Y digo pues que esto que bien contado está.
Inés Hernand gamberra en el photocall de los Premios Ondas de 2023.
Es que eres hija de esa generación, la de Beatriz Serrano, la de Guillermo Alonso. Esas historias hablan de ti.
Exacto, veras cuando yo hable de estas piscinas municipales y tire un poquito más de Rachid y tire de Martín, el de Argentina, migrante aquí y está haciendo un speciality coffee en Malasaña, pues habrá gente también que se identifique con esta historia 100%. (Ríe)
Ya para terminar, ¿Qué le pides a la nueva temporada en septiembre?
Pues no lo sé. En su momento ‘El diario de Patricia’ era un formato soñado para mí, pero ahora, por ejemplo, en la reconversión que ha tenido, que me parece que está muy bien dirigida, digo “pues ya no me gusta tanto”. Ahora me gusta más una cosa como de calle. Quizá me lance a las calles, como una reportera asfáltica. Creo que siempre hay que combinar lo indie con lo mainstream para que tú puedas tener como tú desahogo como de reflexión.