La fascinación que las familias reales despierta en algunas personas es digna de estudio. A lo largo de la historia han sido muchos los que se han intentado acercar por cualquier medio a alguno de sus miembros atraídos por ese magnetismo del peso de la historia. Figuras históricas como, por ejemplo, Rasputín en la Rusia Imperial de los Zares supieron acercarse a la familia real para satisfacer esa fascinación con algún interés oculto. En el caso de este monje siberiano, ansiaba el poder que ostentaba el Zar y encontró el camino hacia sus aspiraciones a través del Zarevich aquejado de hemofilia. Mostrándose útil para mejorar la condición del hijo de los zares se hizo imprescindible para la familia al completo hasta el final de sus días.
En la actualidad existen otros “rasputines” ocultos bajo el aspecto de asesores o benefactores que buscan el respaldo de miembros de la realeza para dar empaque y publicidad a sus causas personales. Algo así es lo que ha ocurrido en la corte británica en las últimas semanas copando titulares y horas de televisión en las principales tertulias del país. Un infiltrado ha conseguido bajo el falso título de “príncipe” acercarse al Rey Carlos III y su entorno más directo sin que nadie detectara que se trataba de un charlatán disfrazado.
Un infiltrado en la corte de Carlos III
Los tabloides británicos están haciendo correr ríos de tinta con el último culebrón que afecta de manera directa al Rey Carlos III. Y es que, un falso príncipe ha conseguido colarse en la corte del Rey británico. Su Serenísima Alteza, Donato, Príncipe de Hohenzollern, parecía un título lo suficientemente compacto como para que nadie se cuestionara la legitimidad del mismo. Durante años el falso príncipe consiguió escalar escalafones en su posición social inmiscuyéndose en el entorno más directo de Carlos III hasta llegar a ser patrono de honor de fundaciones en las que lo son también el Rey o el Duque de Kent. Hasta hay fotografías de Donato y Carlos III juntos en distintos actos públicos.
El supuesto príncipe posa para sus redes en su casa junto a un retrato con Carlos III.
Redes sociales
Ahora todo ha saltado por los aires cuando se ha conocido que durante los últimos años Donato ha estado haciendo uso de su falso título para adentrarse en los círculos más exclusivos de la alta sociedad británica. El encargado de desenmascararlo ha sido el auténtico príncipe de la Casa de Hohenzollern, Karl Friedrich, quien en declaraciones a The Sunha asegurado sentirse “frustrado y enfadado” con la situación que según sus propias palabras “le deja muy mal sabor de boca” de saber que el nombre de su familia haya podido ser utilizado como un cebo para engañar de alguna manera a otros miembros de la alta sociedad. Este príncipe impostor se llama en realidad Markus Hansel y antes de ser “príncipe” se dedicaba a dar clases de música. ¿Cómo un profesor de música llega a verse involucrado en esta trama?
La explicación de cómo Markus se convirtió en el Príncipes Donato
En las mismas declaraciones al tabloide británico The Sun, Karla asegura que “Donato y yo no compartimos sangre, él no forma parte de la familia real alemana” y asegura que “es un simple portador de un apellido que no le pertenece” y llega a asegurar que “no tiene ningún derecho a utilizar el título de Serenísima Alteza”. El subterfugio legal que ha permitido a Markus Hansel convertirse en Príncipe Donato de Hohenzollern fue una maniobra que llevó a cabo en el año 2003 cuando fue adoptado a la tierna edad de 42 años por Katharina Feodora, Princesa de Hohenzollern. Pero ¿por qué una princesa ya anciana iba a adoptar a un adulto con el que no comparte lazos de sangre?
Pues todo parece responder a una maniobra económica por parte de Donato, que conocía que la situación monetaria de Katharina no era la mejor y él, que no tenía título alguno, pero sí una buena liquidez, vio la oportunidad clara. La propia Katharina ha confirmado este punto a uno de sus familiares asegurándole que “me ofreció tal cantidad de dinero que no pude decir que no”. A partir de ese momento el joven entrepeneur comenzó a hacer uso del titulo “heredado” de su madre adoptiva y ella mejoró su situación económica que en la actualidad sigue dependiendo de las generosas aportaciones del falso príncipe.
Donato, al ser preguntado por esta circunstancia no tiene problema en admitir que efectivamente fue adoptado por Katharina pero asegura que esta circunstancia no justifica llamarlo “príncipe falso” porque esa adopción le permite tener el mismo rango que el resto de hijos de la Princesa, es decir, el rango de príncipe real. Si bien esta rara circunstancia legal no parece inhabilitarlo para usar el titulo familiar, lo cierto es que la monarquía alemana es una institución que como tal ya no existe en la República Federal alemana. Donato vive como un príncipe y por eso se codea con el resto de personas que él considera de su mismo rango, el Rey Carlos III, los Príncipes Enrique y Guillermo, etc.