Hay prendas que, aunque el tiempo pase, mantienen intacto su estatus de 'estrella' dentro de un armario real. En el de la Reina Letizia existen varias piezas de esa categoría: vestidos que, en su momento, acapararon titulares, ilustraron portadas internacionales y definieron una era de su estilo antes de su evolución hacia la estética que hoy la caracteriza. Sin embargo, no todas estas joyas siguen viendo la luz. Algunas permanecen, casi como reliquias, entre las sombras de su vestidor palaciego, esperando ser resucitadas. Y si tuviéramos que pedirle a Doña Letizia que recuperase solo una, sin duda sería aquel vestido de jaretas color burdeos que, en su día, la hizo eclipsar a la mismísima Carla Bruni en un duelo de estilo que todavía hoy se recuerda como uno de los momentos de moda más fascinantes de la realeza contemporánea.

El vestido favorito de Felipe Varela con el que la Reina Letizia eclipsó a Carla Bruni

El vestido favorito de Felipe Varela con el que la Reina Letizia eclipsó a Carla Bruni

(Gtres)

El vestido de jaretas de la Reina Letizia que eclipsó a Carla Bruni

Retrocedamos a aquellos años en los que la estilista Eva Fernández —actual artífice de los looks  de la Reina— aún no había desembarcado en Zarzuela. En aquella época, era Felipe Varela, el couturier de confianza de Letizia, quien se encargaba de tejer su imagen pública con mano experta. Varela dominaba como pocos la fórmula mágica del vestidor de la ahora Reina de España: trajes entallados, abrigos-vestido, siluetas lápiz y tejidos nobles que equilibraban la modernidad con la compostura monárquica. El binomio entre ambos forjó una época dorada en la que la esposa de Felipe VI comenzaba a despuntar como icono de estilo dentro del panorama europeo, aún bajo el halo de princesa.

De entre todas las piezas que firmó Varela para ella, pocas fueron tan emblemáticas como el vestido de jaretas burdeos que estrenó, o al menos lució públicamente, durante la feria ARCO en 2009. La elección no fue casual: la textura de las jaretas —esas pequeñas pliegues paralelos que otorgan estructura al tejido— conjugaba a la perfección con la arquitectura contemporánea de la feria de arte más importante de España. A partir de entonces, ese vestido se convirtió en su comodín infalible, esa prenda de fondo de armario que podía activar cuando el evento exigía una mezcla de sofisticación, su color fetiche y cierto dramatismo sutil.

Carla Bruni y la Reina Letizia durante la visita de estado de Sarkozy en 2009 

Carla Bruni y la Reina Letizia durante la visita de estado de Sarkozy en 2009 

(Gtres)

El 'duelo de estilo' con Carla Bruni 

Pero si hay una fecha que quedó grabada en los anales de la crónica social, esa fue abril de 2009, durante la visita oficial del presidente francés Nicolas Sarkozy y su esposa Carla Bruni a Madrid. Aquel encuentro diplomático derivó en un auténtico enfrentamiento estilístico entre las dos mujeres más observadas de la jornada. Letizia, enfundada en su ya célebre vestido burdeos de Varela, frente a Carla Bruni, icono del chic parisien y musa eterna de Christian Dior. El escenario: las majestuosas escaleras del Palacio de la Zarzuela. El momento: ambas ascendiendo, peldaño a peldaño, con porte impecable y un séquito de flashes inmortalizando cada paso.

La imagen fue tan potente que los principales medios internacionales no tardaron en convertirla en viral (cuando el concepto viral todavía era territorio casi exclusivo del papel impreso). The Times y The Daily Telegraph, dos bastiones del periodismo británico, dieron su veredicto sin titubeos: la Reina Letizia había ganado el duelo de estilo. Su vestido, ceñido a su silueta como si fuera una segunda piel, de manga francesa y teñido de un profundo burgundyque evocaba poder, sensualidad y seriedad, fue considerado un acierto absoluto frente a la sobriedad del azul del estilismo de la cantante francesa.

El duelo de 'traseros' que dio la vuelta al mundo

El duelo de 'traseros' que dio la vuelta al mundo 

(Gtres)

La Reina Letizia vs Carla Bruni: dos looks de infarto

Es curioso cómo a veces un simple juego de líneas puede inclinar la balanza estética. Las jaretas del vestido no solo aportaban volumen controlado y textura, sino que esculpían la figura de la entonces princesa como si de una obra de arte se tratara. En una época en la que el power dressingtomaba nuevas formas, la soberana demostraba que la elegancia no era cuestión de excentricidades, sino de entender el lenguaje del cuerpo y el corte. Y lo hizo con una naturalidad tan serena que parecía no ser consciente de la guerra tácita de estilo que se libraba a su alrededor.

Desde aquel glorioso abril, la Reina Letizia repitió el vestido en al menos seis apariciones públicas más —un gesto que, lejos de ser criticado, fue aplaudido por quienes valoraban su apuesta por la sostenibilidad antes de que el término se convirtiera en mantra obligado en la industria. Lo llevó en galas, recepciones, inauguraciones... demostrando que una prenda verdaderamente bien diseñada tiene la capacidad de camuflarse, adaptarse y brillar en todo tipo de entornos. 

El vestido de la Reina Letizia en la Feria Arco 

El vestido de la Reina Letizia en la Feria Arco 

(Gtres)

Pero, ¿qué fue del vestido de las jaretas? ¿Por qué dejó de formar parte del repertorio de la Reina? Quizás el cambio de estilista, la renovación de su imagen hacia una estética más limpia y conceptual, relegó aquellas piezas más estructuradas y menos minimalistas a un segundo plano. O quizá, simplemente, la Reina Letizia —siempre atenta a no saturar sus looks de referencias pasadas— prefirió ceder el protagonismo a nuevas adquisiciones de su guardarropa.

Quizás sea hora de abrir los armarios reales y, como quien redescubre un viejo tesoro, rescatar aquellos vestidos que no solo acompañaron a la Reina en su ascenso social y mediático, sino que también definieron una parte fundamental de su narrativa estética. Porque, a veces, para seguir avanzando, hay que saber mirar atrás.