Hubo un tiempo —no muy lejano— en que los flecos eran cosa de Rocío Jurado, de carísimos trajes de flamenca, de bata de cola y de mantoncillo. Pero eso ya no es así. Lo que hasta hace poco se asociaba exclusivamente al universo festivo del sur ha comenzado a extender sus tentáculos (de hilo) a otros contextos, con una naturalidad inesperada. Este 2025, los flecos han dejado de ser un guiño folclórico para convertirse en un auténtico código de estilo: refinado, sensual, vibrante y, sobre todo, mucho más versátil de lo que nos imaginábamos.
Las pasarelas lo advirtieron, y el street style de invitadas expertas lo confirmó. Desde Proenza Schouler, pasando por los vestidos joya de Rabanne o los flecos artesanales de Johanna Ortiz, la moda siempre se ha rendido ante el poder de lo que se mueve al ritmo de tu paso. Y, lo mejor: ya no hace falta una alfombra roja para lucirlos, ni siquiera tener una caseta en la que tomar rebujito. Ahora también son bienvenidos en bodas al aire libre, cenas especiales, comuniones, cócteles en terrazas de diseño o cualquier ocasión que requiera un punto de elegancia.
Mi jefa de moda —que no se pierde ni un desfile y tiene radar para lo que va a volar de tienda antes incluso de llegar al escaparate— ya los ha fichado. Y no ha sido en Es Fascinante, ni en Balmain ni en Etro. Ha sido en Mango. Sí, Mango. La firma española se ha atrevido con una serie de vestidos bordados con flecos tan espectaculares que han dejado en un segundo plano a los eternos lunares y volantes. Y aquí van los tres modelos que están conquistando nuestras whishlists y las agendas de invitadas.
Vestido asimétrico bordados flecos de Mango 400 euros
Mango
Vestido asimétrico bordados flecos de Mango 400 euros
Hay vestidos que piden una mirada lenta. De esos que no se entienden a simple vista y que necesitan un gesto, un giro, un paso al frente para revelar todo su magnetismo. Este diseño de Mango —el más caro de la colección, y probablemente el más especial— es exactamente eso. Un vestido que no se lleva, se interpreta.
Sobre una base en tono beige con un matiz verdoso muy sutil, se despliegan bordados florales que recuerdan a los mantoncillos más delicados o incluso a los tapices orientales reinterpretados en clave contemporánea. El escote es asimétrico, con un único tirante finísimo que se posa sobre el hombro como si apenas quisiera tocar la piel. Y los flecos, en un tono rosa empolvado, caen en cascada desde el bajo y los laterales, acariciando las piernas con cada movimiento.
No es un vestido fácil. Es un vestido para mujeres que no quieren pasar desapercibidas, pero que entienden que la sofisticación no grita. Una pieza perfecta para invitadas que quieren salirse del uniforme floral sin perder el tono romántico, o incluso para una novia civil que busca algo diferente, sin artificios blancos ni tul. ¿Lo mejor? Que gracias a su color y estructura, también funciona con sandalias planas doradas y una coleta baja. No necesita más.
Vestido asimétrico bordados flecos de Mango 300 euros
Mango
Vestido asimétrico bordados flecos de Mango 300 euros
Si el primero era un poema, este segundo vestido es directamente una copla moderna. En tejido rosa empolvado, con escote halter que deja los hombros al aire y los brazos libres para moverse como en una coreografía de flamenco contemporáneo, esta pieza recoge lo mejor de los mantones bordados en clave urbana.
Los bordados en tonos lila claro y violeta, que se dispersan con gracia por el pecho y el torso, parecen casi pintados a mano, como los de los trajes de las bailaoras que actúan en el Corral de la Morería. Pero lo más impactante —lo que hace que este vestido sea digno de pasarela— es el juego cromático de los flecos: largos, densos, casi escénicos, y en un fucsia rotundo que contrasta con el rosa suave del fondo.
El efecto visual es hipnótico. Cada paso genera un pequeño huracán de movimiento. Y eso, en una boda de tarde, en una fiesta en una azotea o incluso en una entrega de premios informal, es oro.
Vestido bordado flores detalles flecos de Mango 320 euros
Mango
Vestido bordado flores detalles flecos de Mango 320 euros
No todas las invitadas quieren ser el centro de atención. Algunas prefieren la discreción al aplauso, el gesto al ruido. Para ellas, Mango ha diseñado este tercer modelo.
El tejido en tono champagne tiene ese tipo de brillo mate que no deslumbra, pero seduce. El escote halter con tiras cruzadas deja la espalda al descubierto, pero lo hace con elegancia. No hay dramatismo, solo proporción. En la parte baja, los flecos caen discretamente, casi como si fueran un detalle de artesanía más que una llamada de atención.
Los bordados florales, también en tonos beige y vainilla, se integran con la tela, como si fueran parte del tejido mismo, y no un adorno añadido. Este vestido es perfecto para una comunión, o incluso para una mujer que, sin ser la protagonista del evento, quiere dejar huella sin imponerse.
Y aunque podría parecer el más “sencillo” de los tres, en realidad es el más difícil de defender. Requiere presencia, pero también sutileza. Es de esos vestidos que lo dicen todo.