Hay quien se baja del avión en chanclas y quien, incluso en la terminal de llegadas, ya parece recién salida de un editorial de Vogue España. Luego están las de Zara, que logran con tres básicos bien escogidos (y un moño alto desenfadado) pasar de la hamaca al aperol sin perder un ápice de dignidad estética. Este verano, la batalla de estilo que se libra entre el chiringuito y la tumbona tiene una nueva arma secreta, y no, no es el eterno pareo ni los ya manidos shorts vaqueros que nunca terminan de sentar del todo bien. Son faldas. Con presencia. Con carácter. Zara lo ha vuelto a hacer: acaba de lanzar tres modelos que no solo resisten la humedad del salitre, sino que elevan cualquier conjunto sin necesidad de filtros.
Falda rústica cintura contraste de Zara 35,95 euros
Zara
Falda rústica cintura contraste de Zara 35,95 euros
La primera de ellas es pura poesía en forma de tela. Hablamos de la falda rústica en color marfil con cintura a contraste, un diseño de 35,95 euros que parece sacado del vestuario de una heroína de novela mediterránea. Tiene tiro alto, sí, pero lo que realmente importa aquí es el trabajo del nido de abeja, amplio y cómodo, que se adapta como un guante a distintas siluetas sin marcar en exceso. El tejido, con un efecto arrugado deliciosamente veraniego, se adorna con pespuntes en contraste que le aportan ese twist artesanal tan buscado esta temporada. Y sí, tiene forro interior, lo cual no solo es un alivio sino una auténtica declaración de intenciones: se puede llevar en la ciudad, en la playa y donde te lleve la brisa marina.
¿Y cómo combinarla sin caer en el tópico de la blusa blanca y la alpargata? Aquí la clave está en jugar con la parte superior con inteligencia. Por ejemplo: una camisa de lino oversizeen color anís o pistacho (los tonos pastel están resurgiendo con fuerza) metida por dentro de forma desenfadada, unas sandalias planas tipo fisherman en cuero natural y un capazo con detalles metálicos. Si queremos hacerla nocturna, bastará con añadir un top bandeauen punto canalé negro y unas sandalias joya mínimas. Funciona tan bien con un bikini de triángulo como con un body ajustado.
Falda fluida semitransparente de Zara 29,95 euros
Zara
Falda fluida semitransparente de Zara 29,95 euros
La segunda falda, semitransparente y en color arena, podría haber salido del equipaje de una redactora de moda en las costas de Hydra. Por 29,95 euros, Zara ofrece una pieza que roza lo etéreo, con una caída fluida que culmina en un bajo asimétrico. Pero lo realmente impactante es ese efecto de transparencia calculada que deja entrever sin desvelar. Es una falda que entiende de lenguaje corporal. Que insinúa sin teatralizar. Que convierte el trayecto del hotel al restaurante en una escena digna de cámara lenta.
Para sacarle todo el partido a esta pieza hace falta un poco de audacia. Lo ideal es contraponer su delicadeza con prendas más rough, como un top tipo tank en canalé grueso o incluso una camisa masculina de rayas anudadita al ombligo, como diría Mecano. También funciona con un crop top de crochet blanco y sandalias de dedo minimalistas. En cuanto a accesorios: mejor pocos, pero potentes. Unas gafas de sol XXL, un collar de inspiración étnica o un pañuelo en la cabeza tipo old money harán el resto.
Falda pareo piedras de Zara 29,95 euros
Zara
Falda pareo piedras de Zara 29,95 euros
La tercera candidata al podio es una versión elevada del pareo clásico: la falda pareo con piedras en el cierre y abertura lateral. Su color blanco roto es un must perfecto para cualquier estilismo con aspiraciones de editorial de moda en Santorini. Las piedras en el cierre, a modo de broche sofisticado, aportan ese punto chic que le da un aire más glamuroso que funcional lo que la convierte en una falda versátil para todo tipo de eventos. Y la abertura... bueno, hablemos de esa abertura: estratégicamente situada, insinúa pierna y movimiento sin excesos.
¿Su manual de uso? Versátil como pocos. De día, funciona de maravilla con un top de crochet en tonos tierra, unas sandalias planas con tiras de cuero y una cesta de rafia. De noche, se transforma con un body de escote bardot en negro, pendientes de aro XL y unas sandalias metalizadas. Es la falda que llevaría Camille Charrière si se perdiera una semana en Formentera.