Carmen Lomana tiene ese don intransferible que poseen solo unas pocas mujeres en el mundo: el de la sofisticación instintiva (y dinerito en el banco). Esa elegancia que no se ensaya, que no se improvisa, y que no se puede comprar con la Mastercard. Es parte de ella, como su peinado milimétrico o su andar pausado. Y si algo nos demuestra cada verano es que su armario no está en bucle, sino en constante evolución. Cada aparición suya en la calle es como una sorpresa de alta costura: una combinación nueva, inesperada, exquisita y, sobre todo, deliciosamente Lomana. Hoy ha vuelto a hacerlo, y lo ha hecho a lo grande: con un look veraniego que juega con los contrastes, que mezcla referencias clásicas con gestos atrevidos, y que es la prueba viviente de que a Carmen la moda no le viste: la encumbra.

La prenda protagonista de su parte superior es un top de escote Bardot negro, entallado a la cintura, que no podría ser más sugerente y más elegante a un tiempo. Firmado por Dior y perteneciente a la colección de verano del año pasado, el diseño parece una oda al estilo que Christian Dior bautizó en 1947 como New Look: una exaltación de la silueta femenina que acentúa el busto, enmarca la cintura y se abre delicadamente sobre las caderas. El escote Bardot, bautizado así en honor a la icónica Brigitte, deja al descubierto la parte superior del torso, enmarcando las clavículas. Es un escote que no falla: sensual, pero con clase. Porque pocas cosas hay más elegantes que un escote que deja ver justo lo necesario.

El look bicolor de Carmen Lomana lleno de prendas de lujo

El look bicolor de Carmen Lomana lleno de prendas de lujo

(RR.SS)

El look bicolor de Carmen Lomana: todo al lujo 

Este tipo de corte tiene una razón de ser que va más allá de la estética. Al dejar al descubierto los hombros y el cuello, dirige la mirada a una de las zonas más refinadas del cuerpo femenino, al tiempo que el corte recto del escote equilibra el conjunto. En el caso del diseño de Dior, el tejido estructurado y la botonadura triple frontal crean un efecto reductor y realzador simultáneamente. Un top así no solo sienta bien: eleva el conjunto entero. De hecho, si no llega a ser por el top, ¿qué hubiera sido de este look? Nunca lo sabremos.

Y si en la parte superior Carmen jugaba a la sobriedad, en la parte inferior desplegaba su lado más divertido con una falda midi de Miu Miu en un amarillo eléctrico absolutamente veraniego. Pero no era una falda cualquiera: se trataba de un diseño plisado con la técnica del plisado soleil, una de las formas más bellas de trabajar el tejido. Este tipo de plisado, que parte de un punto de origen en la cintura y se va abriendo en forma de abanico hacia el bajo de la prenda, crea un efecto dinámico al caminar, casi escultórico. Es el tipo de prenda que respira, que se mueve contigo, que captura la luz y el aire.

La falda plisada de color amarillo de Miu Miu que acaba de estrenar Carmen Lomana

La falda plisada de color amarillo de Miu Miu que acaba de estrenar Carmen Lomana

(RR.SS.)

La falda plisa de firma italiana que apuesta por el logotipo 

Pero si el amarillo es el statement del look de la socialité, el detalle que elevaba aún más la falda era la estampación de logotipos. Un guiño inesperado en una mujer que suele abanderar el lujo silencioso. La falda estaba repleta de logos "Miu Miu" en color negro, distribuidos a modo de monograma sobre el fondo amarillo, como si la firma italiana hubiera querido darle una vuelta traviesa al clásico estampado de lunares. Carmen, generalmente comedida en cuanto a la exaltación del branding se refiere, decidió esta vez que, si se va a llevar un logo, que sea con intención y con gracia. Y lo cierto es que funcionó. La falda, lejos de parecer un panfleto publicitario, se convertía en una pieza de colección, alegre y cañera. 

A sus pies, el contrapunto perfecto: unas sandalias negras tipo nules de piel, con tacón bajo y puntera redondeada. Un diseño clásico, sin estridencias, pero con la factura impecable que distingue a los buenos accesorios. Estas sandalias no buscan protagonismo, pero lo consiguen gracias a su versatilidad. Funcionan como la pausa necesaria entre un top de alta costura y una falda llamativa. Y, por supuesto, no olvidemos que Lomana no es de las que renuncia a la comodidad, pero tampoco acepta comprometer el estilo. Estas sandalias lo demuestran.

Bolso de Mano Gucci Bambú 1947 2524 euros

Bolso de Mano Gucci Bambú 1947 2524 euros 

(Gucci)

Bolso de Mano Gucci (Bambú 1947) 2.524 euros 

El toque final, el verdadero clímax del estilismo, lo puso el bolso de mano: un Gucci Bamboo 1947, en su versión especial con asa negra en lugar del clásico marrón. Esta joya tiene historia. Nacido en la postguerra italiana, cuando la escasez de materiales llevó a los artesanos de Gucci a recurrir al bambú para crear las asas y no gastar tanta piel, este bolso se convirtió en un ícono casi de inmediato.

Su silueta curva, casi medialuna, su cierre icónico y el toque orgánico del bambú lo han mantenido en el Olimpo de los bolsos durante décadas. El modelo que llevaba Carmen tiene un precio de 2.524 euros, y su elección no pudo ser más acertada. Este bolso es el epítome del buen gusto: clásico, funcional, y con historia.