La Reina Sofía ha vuelto a reaparecer después del sonado vídeo que ha protagonizado recientemente y ha revolucionado la actualidad nacional. El documento audiovisual imperdible ha desvelado una faceta desconocida de la madre de Felipe VI: una auténtica 'dancing queen' en la pista de baile cuando no está inmersa en uno de sus compromisos institucionales.
![La Reina Sofía, de rojo, acude al concierto en Tenerife](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 800 800"%3E%3C/svg%3E)
La Reina Sofía, de rojo, acude al concierto en Tenerife.
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En esta ocasión, la emérita ha asistido, como parte de su agenda oficial, al Concierto Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, celebrado en la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios, en Santa Cruz de Tenerife. Como acostumbra, doña Sofía ha vuelto a hacer gala de su natural elegancia con un conjunto muy llamativo y sus ya impecables complementos. Estaba guapísima y muy sonriente.
La reina Sofía, de rojo, arrasa con su elegante look
Para la ocasión, Doña Sofía ha optado por un look de lo más elegante. La reina ha apostado por uno de sus colores fetiche, el rojo, el tono que ya ha utilizado en otro de los eventos a los que ha acudido esta misma semana. En el concierto, ha lucido una blazer con bordados laterales. Como detalle, ha incorporado un broche en la solapa superior izquierda en tonos dorados, uno de sus complementos favoritos.
Para completar el conjunto, la emérita ha utilizado un pantalón sencillo de color negro, del mismo tono que la blusa y el bolso que ha llevado en la mano. La madre del rey Felipe ha añadido un collar de perlas que resaltaba su sencillo maquillaje, con el que ha potenciado sus rasgos y ha destacado su sonrisa.
El buen momento de la Reina Sofía: tranquila y reconocida en "su tierra"
Es más que evidente que la Reina Sofía atraviesa un gran momento. Prueba de ello, la gran transformación que ha experimentado en los últimos meses. El pasado 29 de febrero, la esposa de don Juan Carlos recibió la Medalla de Oro de Baleares, en Palma de Mallorca. Un galardón con doble significado para ella. No solo por lo que significa recibir un homenaje de estas características de su segunda casa, sino por que es ahí, en Mallorca, donde ha disfrutado de muchos de los momentos más bonitos y entrañables de su vida al lado de su familia y durante más de medio siglo, como ella misma recordó durante su discurso, visiblemente emocionada.
La imagen actual de Su Majestad contrasta y mucho con la que trasladó a finales del año pasado, cuando, por ejemplo, no pudo asistir a la Jura de la Constitución de la Princesa Leonor. Una fecha clave para la monarquía que no contó con la presencia de doña Sofía, decisión tomada en el último momento por la Casa Real que encabeza su hijo. De forma repentina se optaba entonces por revertir la invitación a todos los abuelos de la futura heredera al trono, los Borbones y los Ortiz-Rocasolano.
La Reina Sofía, de rojo, acude al concierto en Tenerife.
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No fue una situación grata para ella, que días antes y tras conocerse este movimiento, rompía a llorar en público y como nunca la habíamos visto en el acto de nombramiento como rector Honorario vitalicio de la Universidad Camilo José Cela de su buen amigo Emilio Lora-Tamayo.
La versión más renovada y 'bailarina' de doña Sofía
Pasado el mal trago, la madre de Felipe VI vuelve a sonreír. Prueba de ello, su insólito baile en la boda de Marta Urquijo y Joaquín Marcos, a la que acudió por el pasado 22 de febrero por el gran vínculo que le une con la familia de la novia y que se extiende también a don Juan Carlos, quien no estuvo presente en el matrimonio. Una relación de los Eméritos que se remonta al bisabuelo de Marta, Nicolás de Cotoner y Cotoner, quien fuera jefe de la Casa del Rey entre 1975 y 1990. Doña Sofía se hizo con la pista de baile, ofreciendo una imagen de cercanía y naturalidad jamás vista. "La gente estaba flipando", indicaron desde 'TardeAR', responsables de difundir el citado vídeo.
La abuela de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía eligió para esta especial ocasión entre amigos un estilismo de dos piezas chaqueta-pantalón en un vibrante y atrevido color rojo con remates en brillantes. Volvió a repetir tonalidad ganadora, que ya lució en la emotiva entrega de la Medalla de Oro de las Islas Baleares y que tan bien le queda. En su anterior cita pública, optó, en cambio, por un estilismo más sobrio pero sin perder su sello de identidad. Fue durante los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo, donde apostó, de nuevo, por un traje-pantalón, este último en color marrón chocolate y blazer con print paisley. Todo un acierto que secundó con un Chanel modelo 2.55 valorado en 10.500 euros.