Ávila, la ciudad famosa por sus murallas centenarias y por ser la cuna de Santa Teresa, entre otras muchas cosas, esta mañana ha recibido la visita de la Reina Letizia, quien iba a clausurar el congreso Mujer y discapacidad. Cruzamos fronteras. Ayer mismo reaparecía tras los fastos argentinos, y lo hizo con acierto, moderna y adecuada. Hoy, en cambio, no termina de rematar la jugada...
Letizia ha elegido un vestido de lana de cuadros con bordado de flores, del que sobresalía del bajo una especie de viso en rosa palo. Es de Carolina Herrera, de la colección otoño-invierno 2016-17 (¡¡¡Gracias, Anto!!!). Aunque sea nuevo, hay algo en su línea que me recuerda a muchos otros modelitos de este corte que ya tiene, un poco suelto y minifaldero. Y será nuevo, pero solo se me ocurre decir que me parece antiguo, un pelín rancio. Lo cual es curioso, casi una irreverencia o un sacrilegio, refiriéndonos a la ilustre diseñadora, con la que además Letizia casi nunca falla. Puede que este sea el primer error que comente con la venezolana, y no es por el vestido, que como se aprecia en la foto de abajo, tiene su gracia, sino la terminación.
Os pongo esta foto malísima, que he descubierto por ahí y que, de momento, es la única que tenemos con Letizia sin abrigo. Para que veamos cómo le queda el vestido "realmente". Pues eso, con manga larga y con dos hileras en vertical de bordados florales. La nota de diseño está en el pegado de las mangas, más amplio.
En resumen, el vestido ¿es feo? No. ¿Bonito? A medias. Por cierto, puede que tampoco lleve medias (como ayer), y si no serán bastante claritas. Pero veo lucir un sol radiante, y no me chocaría tanto. El fallo es que el resto de elementos no acompañan ni realzan. Para empezar, por ese empeño suyo en combinar colores. Pues a juego iban la cartera de charol de Felipe Varela (que últimamente no se quita) y los zapatos, en principio acharolados nuevos de Lodi (Anto, ¡vaya ojo!).
También en rosa y negro son los pendientes, de Coolook. O sea...
El abrigo negro de Hugo Boss no solo no ayuda, sino que apaga el conjunto. Da la sensación de que le queda grande y pone un acento demasiado serio. No es el que más me gusta de su amplia colección de HB, la verdad. Recordemos que es un modelo que también tiene en rojo (este estrenado en un viaje de los Reyes a Berlín en diciembre de 2014). Costaba 949 euros.
¿Os acordáis del abrigo rosa cuarzo de hugo Boss que estrenó hace un año? Se lo ha puesto dos veces, y no sé, me ha venido a la mente como opción alternativa. Aunque insistir en el binomio negro-rosa tampoco sea la repera. Pero con otra cartera y otros zapatos... O incluso quizás con el gris oversize de Nina Ricci... En fin, que no encuentro cómo rematar el estilismo sin que algo cruja por alguna parte.
Decimos hasta luego a una Letizia que ha regresado un poco al pasado, que se ha olvidado de sus recientes y atrevidos modernismos y ha vuelto al redil, a la tranquilidad. Una de cal y otra de arena. Y esperando que repita este vestido con mayor fortuna, porque creo que se lo merece.
Por mi parte, solo añadir: ¿tenéis alguna idea para mejorarlo? ¿O lo dejamos correr sin más?...