Poco más de dos años les duró el amor a Marta Ortega y Sergio Álvarez Moya. Casados en febrero de 2012, la pareja confirmó su ruptura vía comunicado el 31 de diciembre de 2014. Eso sí, lo suyo estaba roto mucho antes. Tras la ruptura, el exmatrimonio llegó a un acuerdo amistoso que no fue tan sencillo de llevar a cabo como pudiera parecer.

Las clausulas del final de su matrimonio

Por supuesto, en él quedaba recogido los pormenores de la custodia de Amancio, el hijo que tenían en común, pero también otros aspectos que si bien no eran tan importantes como su retoño, sí eran imprescindibles para que su divorcio se desarrollase con discreción.

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Un caballo de tres millones

Entre las cuestiones a tener en cuenta, un caballo, Carlo 273, el equino que Amancio Ortega le compró a Sergio por más de tres millones de euros cuando este aún era su yerno y que fue motivo de algún desencuentro familiar post ruptura. Dado que se trataba, con toda probabilidad, del mejor caballo de competición español, se barajó la posibilidad de que tras la separación fuera Marta Ortega quien lo disfrutase, pero, finalmente, los Ortega acordaron que el asturiano continuase montando al animal en una maniobra pensada para no perturbar la armonía de una familia caracterizada por no dar escándalos.

Un caballo que demuestra que valía lo que costaba

Desde entonces Sergio ha seguido compitiendo con este animal y ha demostrado que bien valía los tres millones que pagó Amancio Ortega y que unido a su talento como deportista, este tándem podía hacer de Sergio el mejor jinete de nuestro país.

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El acuerdo de los Ortega

Sin embargo, la vida como caballo de competición de Carlos 273 ha llegado a su fin a sus 17 años. El tándem que formaba con Sergio Álvarez Moya tiene las horas contadas porque, tal y como ha anunciado el propio jinete en sus redes sociales, Carlo tiene que retirarse de los circuitos hípicos.

Adiós al penúltimo vínculo con Marta Ortega

Con su adiós a las pistas, Sergio también se despide de ese vínculo que siempre tuvo con los Ortega. Carlo fue la moneda de cambio que hizo posible la cordialidad entre el otrora matrimonio, pero que ahora está llamado a descansar en las cuadras de Casas Novas, el circuito hípico que Amancio construyó en Coruña y donde el animal será debidamente homenajeado.

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Fin de una etapa

Convaleciente aún por una operación de rodilla, lo cierto es que el adiós a Carlos no ha sido como Sergio Álvarez esperaba. Eso sí, puede alegrarse de que esta retirada se produzca cuando las relaciones con su ex familia política son amistosas por el bien del pequeño Amancio. Además, tanto él como Marta han pasado página. Él sale desde hace más de un año con Nina Ulenberg, mientras que la heredera de Inditex prepara su boda para el próximo mes con Carlos Torretta, hijo del diseñador Roberto Torretta.

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