La Reina Sofía en Mallorca, y el Rey Juan Carlos en Irlanda, Saint Tropez, Sanxenxo, San Sebastián, Sotogrande... Así fue el último verano para los eméritos. Por separado, y cada uno por su lado. De manera que la reaparición de los monarcas ayer tarde, para la cena de gala conmemorativa del 40º aniversario del Círculo de Empresarios, en Madrid, fue todo un acontecimiento. Se trataba de su primer acto oficial juntos desde el pasado 1 de julio, cuando ambos viajaron a Estrasburgo para asistir al homenaje a Helmut Kohl que le rindió el Parlamento europeo.
Don Juan Carlos y doña Sofía, a su llegada al Real Club de la Puerta del Hierro de Madrid, donde se celebró la cena del 40 aniversario del Círculo de Empresarios.
A su llegada, los Reyes fueron recibidos por Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social; José María Aznar, expresidente del Gobierno; Fernando Ramírez de Haro, presidente del Real Club de la Puerta de Hierro; y Javier Vega de Seoane, presidente del Círculo de Empresarios. Esta es una entidad privada, fundada en 1977, que se sostiene por las cuotas de sus socios, entre los que se encuentran más de doscientos altos ejecutivos de las principales empresas que operan en España, tanto nacionales como multinacionales.
Don Juan Carlos pronunció ante ellos un discurso, en el que destacó "mi reconocimiento por vuestra labor y contribución al debate público en el ámbito socioeconómico". Tras sus palabras tuvo lugar la cena de gala, que los eméritos compartieron codo con codo.
Hasta en doce ocasiones han coincidido en lo que va de 2017 Don Juan Carlos y Doña Sofía gracias a la agenda oficial. Esta cita si acaso era algo más especial por el largo verano que ha mediado entre ellos, y en el que parece que apenas se han visto, dados los numerosos viajes privados del monarca. La Reina, en cambio, ha preferido pasar la mayor parte en el palacio de Marivent, en su adorada Mallorca, junto a su hermana Irene.
Y en particular destacada tras los comentarios suscitados por la presencia de Marta Gayá en el viaje del Rey a Irlanda para la inauguración de una exposición en una antigua iglesia reconvertida en galería de arte, donde se descubrió entre los invitados, gracias a unos vídeos, a la que fuera una de sus grandes amigas del pasado.
Los monarcas, durante el tradicional brindis.
Este hecho hizo que se vieran algo empañadas las esperanzas de una evidente mejoría en las relaciones de los eméritos tras su profusa agenda conjunta, que contrastaba tanto con la ausencia de actos en los últimos años. Lo cierto en que en su rentrée particular los Reyes Juan Carlos y Sofía, como no podía ser menos, mantuvieron las formas, sonrieron y posaron juntos, como dos grandes profesionales.
Los Reyes, posando con las autoridades y representantes del Círculo de Empresarios.