El pasado jueves la audiencia expulsó a Castejón y salvó a Antonio David, es algo de lo que aún no me he recuperado, no me entra en la mollera. Llevamos pidiendo la cabeza del señor Flores prácticamente desde que empezó la edición, y ahora que la teníamos en bandeja decidís decapitar a Hugo.

Vale que es un intenso, un pesado, y un desquiciado, y que a veces le tiraríamos un zapato a la cabeza para hacerle callar; pero también es quien nos ha dado voz dentro de la casa y ha expresado lo que muchos callaban por miedo, por ejemplo que Mila es una agria que se cree la reina del cortijo, y que si le rozas con una pelota o un aspirador, te acusa de agresión.

Nagore Robles

Eso sí, ella puede insultarte y burlarse de ti cuando le plazca, porque siempre encontrará una excusa para hacerlo, como todas sabéis es la Oveja Reina, aunque ya trasquilada y sin reino, sólo le queda su fiel y tullido perro ovejero, el llorón con sonajero.

Alba, la oveja descarriada del rebaño, montó un guirigay de tres pares de narices cuando Antonio David la comparó con Hugo durante una discusión en el debate del domingo. Yo entendí lo que él quiso decir, y es que últimamente la Macarrillo es la que enciende la mecha de cada gresca, tarea de la que hasta ahora se encargaba el ex de Marta Sánchez.

La realidad es que Alba se dedica a matar moscas a cañonazos, y luego se cree con el poder de impedir al resto que la rocen con una pluma. ¡Chica, de toda la vida, si das recibes! Me da la impresión de que es una niñata clasista que trata a los demás dependiendo de la clase que ella considera que tienen, como cuando afirma “tú no te vas a subir a mi carro”, o cuando al discutir dice “cuidadito conmigo”, y si se lo dicen a ella es una amenaza velada.

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Creo que el comportamiento más sucio de toda la edición vino por parte de Alba al decirle a Antonio David: “yo no tengo ninguna denuncia por agresivo”. Esta chica es tan retorcida, que es capaz de manipular la situación para hacernos creer que ella es la víctima, y hace lo imposible para encontrar aliadas en sus liadas.

Cuando se ve acorralada ante sus propias cagadas, tira de la anilla y hace volar todo por los aires con frases envenenadas como esa, o la de “me da miedo sentarme en la taza del váter por si me quedo embarazada”. No la veo enfrentarse a Mila con la misma dureza, no me gusta que sus víctimas siempre sean personas en situación de inferioridad, todas sabemos que el ex de Rocío Carrasco no está atravesando un buen momento personal.

Cierto es que Antonio David ha estado a la sombra todo el concurso, y que su estrategia ha sido pasar desapercibido evitando así las nominaciones, pero eso no le da el derecho a tratar como una mierda a otros compañeros. Tienes razón Alba, no eres como Hugo, eres muchísimo peor que él.

Como ya sabéis la Ximénez no está en mi lista de favoritas, pero me gustó que sacara la cara por su amigo enfrentándose a la que hasta ahora era su cómplice. En este momento hay dos grupos claros en la casa, por un lado Antonio David y Mila, y por otro las almorranas, perdón; las “pijitanas”.

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Nos hemos vuelto a equivocar al pensar que con la marcha de Hugo se acabarían las tramas y los conflictos, ahora mismo la casa es un nido de buitres buscando un cadáver sobre el que abalanzarse, y mucho me temo que el siguiente, si no se esconde bien, podría ser el mismísimo Súper.

Entiendo que el morbo de la expulsión de Adara y su reencuentro en plató con el padre de su hijo y Gianmarco, nos haga olvidar quién merece ganar este concurso, pero si dentro de un año se habla de esta edición, no tengo ninguna duda de que será por ella, y eso merece que la salvemos esta noche.

Por tanto, mi dardo esta semana es para Antonio David, el rey del escondite.