El pasado 14 de noviembre se cumplió un año desde que el maltratador de Fayna Bethencourt (45) y padre de sus dos hijos se fugó de la Justicia. Carlos Navarro ‘El Yoyas’ debía haber ingresado en prisión para cumplir una condena firme de cinco años y ocho meses por un delito de maltrato habitual, cuatro delitos de lesiones en el ámbito familiar, amenazas y vejaciones. En cambio, sigue en paradero desconocido, burlándose de la policía y de la sentencia que pesa sobre él después de que el Tribunal Supremo rechazara, en abril de 2023, su recurso de revisión de pena. Mientras el tiempo pasa, Fayna sigue esperando a que suene el teléfono y la Policía le traslade buenas noticias: que lo han capturado, que su agresor, finalmente, va a pagar por “todo el daño que me ha hecho”.
Son las palabras de la exconcursante de 'Gran Hermano' en una conversación exclusiva con SEMANA. Muy a su pesar, la canaria se ha convertido en la cara visible de una realidad que afecta a miles de mujeres en nuestro país y fuera de nuestras fronteras. Se sabe fuerte y lo es. Habla sin titubeos, sin silencios, no vacila a la hora de exteriorizar su verdad, con la ley de su lado. Una posición desde la que Fayna visibiliza su caso, incansable. Solo quiere que la Justicia llegue hasta el final. Será, entonces, cuando pueda continuar con su vida sin el recelo constante de que su expareja, en cualquier momento, pueda aparecer en su casa.
"Creo que hay poco interés por encontrarlo, porque, si no, ya lo habrían hecho", confiesa Fayna Bethencourt a SEMANA
¿Hay alguna novedad en torno a la ‘desaparición’ de tu agresor?
La situación sigue igual de estancada. Sigo esperando a que no se cumpla ese año. Que me llame la Policía antes y me diga: ‘Bueno, Fayna, ya está, ya lo tenemos’. No tiene pinta de que vaya a ser así, sinceramente. Cuando se cumpla el año de la desaparición, volveré a hacer ruido porque si no soy yo la que sale la palestra y sigue denunciando la situación en la que me encuentro, no va a salir nadie. El tiempo va pasando y esta persona, por llamarla de alguna manera, sigue desaparecida. Quién dice que algún día no coja un avión y se plante aquí en Gran Canaria. Creo que hay poco interés por encontrarlo, porque, si no, ya lo habrían encontrado.
¿Qué te dice la Policía? ¿saben algo de dónde se encuentra?
Él está en la península. Eso es lo que dicen las últimas pistas de su paradero. No se ha movido de ahí. De hecho, desde ahí habló con Carlos Quiles, que para mí ha demostrado de todo menos ética periodística. Ya van dos veces que se convierte en el altavoz mediático de un fugitivo condenado por violencia de género y ni siquiera contrasta conmigo. Él lo que está haciendo es esconderse y lo hace muy bien. A mí lo que me ha salvado es la distancia geográfica, pero no significa que me vaya a salvar el pellejo eternamente estar a miles de kilómetros de esta persona.
¿Cómo te sientes cuando se le da voz a tu agresor y se te cuestiona como víctima?
Por si la gente no lo tiene claro a estas alturas: esta persona está condenada. De hecho, recurrió la condena en el Tribunal Supremo y el Tribunal Supremo le dijo ‘váyase usted a su casa’. Está recurridísimo y condenadísimo. Agotó todas las vías posibles. Incluso llegó a querellarse contra mí intentando buscar ahí una rebaja de la condena y tampoco le dieron la razón. La conclusión es siempre la misma: legalmente es culpable, en mayúsculas, bien grande y en neón. Culpable. Entonces, su única defensa es salir de vez en cuando en medios, hacer una pataleta y señalarme de que yo soy la mala, con ayuda de ciertos periodistas que le apoyan. Eso es lo único que le queda. Eso y esconderse, como el miserable que es.
"Evidentemente él tiene un círculo que lo protege", sostiene la exconcursante de 'Gran Hermano'
¿Cómo te explicas que todavía no hayan dado con su paradero?
Mi sensación es que todos los esfuerzos no se han hecho. ¿Cogieron al Chapo Guzmán y no cogen a Carlos? Evidentemente él tiene un círculo que lo protege. Tiene una infraestructura que le permite moverse de un sitio a otro, siempre en la misma zona. Él se va desplazando, no muy lejos, pero tiene esa ayuda. Es llamativo, porque torres más altas han caído, pero esta persona sigue desaparecida. En la unidad de búsqueda de fugitivos entran violadores Y otros criminales peligrosos, pero no entran los condenados por violencia de género. Como si no fueran lo suficientemente peligrosos para que se le busquen de forma activa. Pero un maltratador es un asesino en potencia. Ahí están las cifras de mujeres asesinadas. Ahí están esas vidas, porque no son números.
¿Tienes miedo?
No, no tengo miedo. Es decir, no vivo con un miedo constante ni permanente porque me volvería loca. Es difícil de describir. Es como llevar una especie de peso a cuestas que no me permite cerrar página. Para mí ese capítulo sigue abierto por mucho que yo continúe con mi vida y con mis proyectos. Como si tuviera una bola de metal atada al pie. Y hasta que no se haga justicia, hasta que no lo atrapen, no voy a poder continuar hacia delante libre del todo. Es como un buitre, ahí, sobrevolándome. ¿Y si le da el mes que viene le da por volver a salir en los medios y decir que es inocente, que yo soy la mala? A mí eso me afecta y afecta a mi familia, a la gente que me quiere. Me sigue maltratando psicológicamente en la distancia a través de los medios y delante del país entero.
¿Te consideras una abandera de la lucha contra la violencia de género?
Me he convertido sin querer en la cara visible, en el altavoz. de lo que no está funcionando en este país y de todas esas mujeres que, como yo, están en esta misma situación. Es positivo porque me parece una causa por la que hay que luchar. Estoy orgullosa que haya gente en mi misma situación que me dice que siga así y que hable por ellas. Pero también llevo ese peso. Porque ha habido momentos que la presión mediática ha sido muy fuerte. A nivel emocional ha sido bastante duro. Pero a estas alturas ya estoy bastante curtida.
"Mis hijos son adolescentes ya, esta situación no es agradable para nadie", afirma la canaria
¿Cómo es un día normal para ti? ¿A qué te dedicas en estos momentos?
Tengo un programa que se llama ‘A la que salta’ y hacemos entrevistas bajo el prisma cultural a cantantes, actores, escritores… Es un programa que informa y entretiene. También tengo mi podcast, acabo de sacarme un curso, voy a presentarme a unas oposiciones… Llevo la vida normal de una madre con las cosas normales que hace una madre. Mi día a día es el de cualquier persona, excepto que tengo esa cruz a cuestas, que, como yo, llevan otras muchas mujeres. En mi caso, la sombra de esa cruz es muy alargada porque en cualquier momento esa persona puede salir a los medios y clamar su inocente y ponerme a mi por los suelos.
¿Qué te dicen tus niños? Porque son conscientes de la situación…
Claro, mis hijos son adolescentes ya. Esta situación no es agradable para nadie. Menos para ellos y para mí, evidentemente. También tengo a mi pareja, Misael. En diciembre hará seis años que estamos juntos. Es un apoyo total en todo. Yo soy una afortunada, porque tengo a mis amigos, a mi familia, a mi pareja. Tengo una red de apoyo bestial que me ayuda a sobrellevar esta situación.
¿De dónde sacas tanta fortaleza?
No tengo ni idea. Estuve arrodillada durante 16 años hasta que empecé a despertar. He caído mil veces en mi vida, pero siempre acabo levantándome. Y, desde luego, sin esa fuerza no hubiera llegado donde estoy. Pero es un poco la pescadilla que se muerde la cola. Me siguen cuestionando sobre cómo pude caer en una relación así con el carácter que tengo. Pero te aseguro que puedes ser la persona más fuerte del mundo y caer en una en una relación de abuso. La gente que habla con superioridad sobre quienes hemos pasado por esto, vienen y te dicen que a ellos nunca les pasaría. Pero te aseguro que todos, en algún momento de nuestra vida, tal vez no en una relación sentimental, hemos sido abusados de alguna manera o nos han engañado o nos han dañado emocionalmente.
Están saliendo informaciones en los últimos meses que apuntan a un incremento de las posturas antifeministas entre adolescentes. Tú que eres víctima de violencia de género y madre, ¿cómo lo valoras?
Cuando hay avances en determinados temas, como ahora los derechos de la mujer y el feminismo, siempre resurgen con más fuerza oposiciones. Sí creo que a nivel político se ha manipulado el discurso feminista. El problema es que cuando se radicaliza una posición, surgen otras más radicales. Los jóvenes, al final, son los más manipulables por los machistas y muchas veces se sienten atacados porque se está culpabilizando al hombre de todo. Yo en las charlas que doy siempre intento que los chicos entiendan que el feminismo les va a ayudar a ellos también, que esta lucha también es suya, que ellos no son el enemigo y que el machismo les hace daño también a los hombres.
En esa radicalización de las posituras de la que hablas, ¿tiene algo que ver toda la polémica que se ha generado por la Ley del ‘solo sí es sí’ debido a las rebajas de penas? Se acaba de cumplir un año de su aprobación, por cierto.
El trasfondo a mí me pareció del todo positivo. Supone ganar en derechos porque antes teníamos que demostrar muchas cosas cuando se nos abusaba. Creo que fue bien intencionada pero no ha tenido tan buen resultado porque, al final, se aplica a favor del reo. Por mi propia experiencia, siempre me pongo en el lugar de la víctima y, para esas víctimas, la realidad es que su violador va a salir a la calle antes de tiempo. Creo que los políticos han pecado de soberbios; las formas han sido muy feas. Y lo noto en la política en general. No puedes pasar por encima de las víctimas, porque detrás de esas cifras hay personas, hay sentimientos.