Esta semana se ha descubierto que Harry de Inglaterra y Meghan Markle serán desalojados de su única residencia británica por orden de Carlos III. Una decisión que ha enfurecido a la pareja, pero tras la que han querido capear el temporal con un plan alternativo. Han hecho caso al refrán de "al mal tiempo, buena cara" y han mostrado su versión más desenfadada en Los Ángeles. Ambos han sido vistos en el exclusivo club nocturno San Vicente Bungalows, donde sonrieron y disfrutaron, eso sí, escoltados por un guarda de seguridad que incluso sostenía un paraguas a la que fuera actriz. Con un look muy informal, tuvieron un plan especial que no es apto para todos, ya que los socios para acceder al club deben pagar anualmente 4.200 dólares.

Harry y Meghan
Gtres.

Ella enfundada en un abrigo beige con el que se zafó del frío, unos ajustados pantalones negros y unos tacones de altura y él con vaqueros y zapatillas de antes, podrían ser confundidos por cualquier mortal, tal y como se puede ver en el Daily Mail. No obstante, les ha resultado imposible no llamar la atención de los presentes. Entraron de la mano, siendo conscientes de la expectación que genera su presencia allá donde van. A pesar de que la noticia acaba de ver la luz, Meghan Markle y Harry saben de su obligado abandono de Frogmore Cottage desde que se publicaran las memorias del hijo del Rey de Inglaterra. Les ha dado varias semanas para hacer la mudanza, pero tienen fecha límite.

Un lugar exclusivo

Te contamos. La pareja ha tenido la suerte de acceder a este club de Hollywood, el cual está compuesto de cabañas de lujo y tiene una lista de espera de posibles clientes de más de 7.000 personas. Tiene como clientes nombres tan conocidos como Jennifer Anistor, Jennifer Lopez o Mick Jagger, entre otros, lo que deja ver que son muchos los que se han fijado en este lugar en el que no hay paparazzis y en el que pueden estar completamente tranquilos, ya que está prohibido hacer fotografías de ningún tipo. Si lo haces puedes ser expulsado, por lo que se cuidan mucho de que todo el mundo cumpla las normas a rajatabla. Pero, ¿cómo se evita esto? Cada persona está obligada a poner una pegativa en la cámara de su teléfono y no puedes hablar ni publicar nada sobre lo que veas en el citado club, de hecho, tienen que firmar un acuerdo en el que se comprometan a hacerlo. "También está estrictamente prohibido publicar imágenes del club en las redes sociales o discutir cualquier cosa que los miembros y sus invitados vean durante su visita", dicen en el club de la web.

Harry de Inglaterra y Meghan Markle, de cena en un club privado que cuesta más de 4.000 dólares al año
Foto: Misan Harriman

Meghan Markle y el príncipe Harry se han relajado en el interior, local al que han podido acudir si han sido recomendados por otro socio. Son 12 sabios los que valoran si debes o no entrar, lo que refleja que no cualquiera puede hacerlo. No se trata de un restaurante abierto al público y eso hace que incluso miembros de la Casa Real se planteen formar parte de sitios así. "Solo los socios pueden hacer reservas para comidas y cenas. Los huéspedes deben estar acompañados por un miembro en todo momento durante su visita a la propiedad", aseguran. Acostumbrados a estar en sitios similares, Harry y Meghan están muy lejos de acudir a sitios normales en los que pasar desapercibidos.

No te pierdas el libro que esta revista acaba de publicar sobre esta pareja no exenta de escándalos. Hasta el próximo 29 de marzo puedes comprar el libro de Harry Meghan, a la venta con tu revista SEMANA en todos los kioscos de España por 9,95€. El libro está escrito por Omid Scobie y Carolyn Durand, especialistas en la familia real británica y narra la polémica historia del matrimonio que ha hecho correr ríos de tinta en todo el mundo.

Harry de Inglaterra y Meghan Markle, de cena en un club privado que cuesta más de 4.000 dólares al año
SEMANA