Dicen que Nefertiti y Cleopatra incluían aloe vera en sus rituales de belleza para mantener la piel joven y las curvas en su sitio. De hábitat caloroso y semidesértico, existen más de 450 especies de aloe vera y solo 5 han demostrado sus propiedades estéticas y curativas. En los pueblos cálidos del sur español, es muy frecuente ver un macetón con aloe en patios y balcones expuestos al sol sin tapujos.
No es de extrañar, desde hace más de 3.000 mil años la sabiduría popular ha empleado sus hojas como cosmético y medicina. Rico en vitaminasA, C, E, ácido fólico, colina, B1, B2, B3 (niacina), B6; y minerales incluyendo calcio, magnesio, zinc, cromo, selenio, sodio, hierro, potasio, cobre y manganeso,
, sus propiedades lo convierten en un aliado excelente.
¿Qué convierte al aloe vera en algo tan especial?
- Alivia quemaduras, solares y domésticas. Si la piel te arde, corta un trocito de una de las hojas. Mantenlo unos minutos en el congelador y a continuación, aplícatelo directamente sobre la piel dañada. El alivio es inmediato.
- Contra la psoriasis y los picores. Gracias a sus virtudes regenerantes y calmantes. Ayuda a aliviar los picores de las pieles con patologías como la psoriasis, la atopía, las urticarias…
- Su gel combate el exceso de grasa y el acné. Sus propiedades astringentes, son el aliado perfecto de las pieles y cabellos grasos. También para mitigar las consecuencias epidérmicas del acné.
- Ayuda a combatir el estreñimiento. Ingerido, es un remedio muy eficaz contra el estreñimiento; pero puede resultar excesivamente agresivo a intestinos sensibles
- Perfecto para iniciar un periodo detox o como complemento para perder peso. Su gel, de textura gelatinosa, ayuda a la flora intestinal a absorber toxinas y desechos propios de los malos hábitos alimentarios.
Sin embargo, el aloe vera también tiene su lado oscuro; de ahí que nunca se deba utilizar en exceso. Sobre todo por vía oral, cuando se tienen problemas intestinales, diabetes, durante el embarazo y la lactancia.. O si se están tomando corticoides o anticoagulantes, antes de una intervención quirúrgica o si se tienen problemas renales o hepáticos crónicos. Jamás se debe emplear sobre heridas abiertas o quemaduras graves o en personas con alergias al ajo o la cebolla. Como todas las plantas, antes de lanzarse a su consumo, hay que cerciorarse de que no va a traer problemas. Médicos y farmacéuticos son buenos asesores.