Ser diferente, para mí, se convirtió en ser especial”, nos dice Leticia Requejo (34), una de las colaboradoras estrella de TardeAR. Aunque la televisión no estaba entre sus planes, su esfuerzo y continuo buen trabajo la llevaron a trabajar junto a Ana Rosa Quintana (68 años) hasta el día de hoy.
La joven, que se ha convertido en una de las imprescindibles de la prensa rosa, nos abre por primera vez las puertas de su casa para hablarnos del buen momento que está atravesando profesional y personalmente. Porque sí, aunque nos reconoce que no ha encontrado a su gran amor, puede presumir de una vida plena en todos los sentidos y nosotros, que la hemos podido escuchar detenidamente, damos fe de ello.
¿Dónde nos encontramos?
En mi casa, en la que literalmente he vivido los 34 años que tengo. Es mi hogar, mi sitio seguro, donde soy feliz y de donde no tengo ningún tipo de intención de moverme por ahora (risas).
Durante la sesión de fotos hemos podido conocer a tu madre.
Mi madre para mí es mi todo y le debo gran parte de la pasión que yo tengo por esta profesión. Mi madre conoce muy bien el medio, ha trabajado en las revistas más importantes de este país durante 30 años.
¿Entonces fue ella la que te animó a estudiar este oficio?
En el momento que decidí estudiar periodismo, ella me dijo que me lo planteara dos veces, porque era un mundo muy complicad y donde uno no siempre consigue lo que quiere, pero yo lo tuve muy claro. Mi padre, Adolfo, también ha sido un gran pilar en este sentido.
¿Es verdad que tu madre se refería a ti como a una “niña trilliza”?
(Risas).Recuerdo llegar a casa después del colegio y escuchar a mi madre decir “aquí vienen las trillizas”, refiriéndose a mí sola, porque es verdad que yo he sido muy intensa y que valía por tres para todo, pero hasta para lo bueno (risas). Mis padres han tenido que adaptarse a mi intensidad, pero ahora, viéndolo un poco con distancia, creo que gran parte de la seguridad que yo tengo y de que las cosas me hayan ido bien, ha sido por la seguridad que mis padres me han inculcado. Me parece la mejor herencia que me han podido dar.
¡Qué bonito!
Desde que era pequeña, yo ya veía que no era como el resto. Esa diferencia para mí se convirtió en ser especial. Si a mí alguien me ha intentado tratar como distinta o ha intentado cambiarlo, yo lo que he hecho es potenciar esta parte distinta mía. Lo que para unos ha podido ser una debilidad, para mí ha sido mi gran fortaleza: la autenticidad.
¿Esa manera especial tuya te hizo sufrir de pequeña?
La verdad es que no, pero también porque en mi casa me lo han sabido potenciar. Yo he sido una niña y ahora una mujer muy libre.
¿Tu hermana no quiso seguir tus pasos y los de tu madre?
Mi hermana tiene cinco años más que yo, pero no tiene nada que ver ni con mi profesión y tampoco conmigo (risas) Se dedica al factor farmacéutico. En parte, mejor. La intensidad mía multiplicada por dos no sé si la hubiera aguantado mi madre. Ella vive en Qatar y tiene tres niños, que son mis tres tesoros. Ellos son mi vida entera.
¿Cómo llevas que vivan tan lejos de ti?
Es muy duro. A pesar de que lleven cuatro años fuera, uno no se acostumbra nunca
a las despedidas y el día que los tengo que despedir en el aeropuerto lo paso fatal.
Tu carrera comenzó como reportera de agencia y ha continuado hasta la fecha, convirtiéndote en una de las colaboradoras estrellas de TardeAr.
La calle es dura, pero para mí ha sido la mejor escuela. Aunque nunca me planteé como objetivo final la televisión, el estar cinco años tras los famosos y yendo de un sitio a otro sin parar, fue lo que me hizo involuntariamente terminar aquí.
¿Y cómo fue esa llamada para El Programa de Ana Rosa?
Yo estaba en Chicago de viaje con mi hermana y mi cuñado y Adriana Dorronsoro me dijo que estaban buscando gente. Yo era algo que no me había planteado, pero al día siguiente aterricé en Madrid, me reuní con Unicorn y comencé haciendo el horario de tarde del programa. Los primeros días llegaba y flipaba. Ver los pasillos de Telecinco y la vida de la tele de cerca, me impresionaba. Eso sí, necesité un tiempo hasta que me empezó a gustar lo que era de verdad todo el mundo de la televisión.
¿Recuerdas esa primera oportunidad?
Fue en el año 2018. Ya llevaba varios meses haciendo el turno de tarde y ese verano
me pasaron a la mañana e hice mi primer directo. Me acuerdo que me lo aprendí de memoria para no fallar y cuando terminé lloré de la emoción. Lo recuerdo como uno de los días más emocionantes de mi vida.
Un camino que, tal y como te decía al principio, te ha llevado a TardeAR.
Estar aquí ha sido un regalo inesperado y a la vez totalmente apasionante. Venir a
la tarde con parte de la familia con la que llevaba tantos años trabajando en la mañana y de la mano de Ana Rosa fue muy fuerte. Me enorgullece poder decir que
mi carrera profesional en televisión ha sido ligada a Ana Rosa Quintana.
¿Qué te está sorprendiendo de ella en esta nueva faceta?
Me encanta ver lo bien que se lo está pasando, además, lo está transmitiendo. Trabajar con ella es un regalo y aporta mucha seguridad a todos los que estamos junto a ella. Cada vez que cambia de mesa en el programa, comparto con ella algunas
confidencias. Siempre nos pregunta qué cómo estamos y yo, como no me callo y tengo cierta confianza, a veces, le cuento mi vida. Eso sí, de chicos pocas novedades,
pero cuando las haya será de las primeras en enterarse (risas).
Pues esa era mi siguiente pregunta…
Ya tengo 34 años y me preguntan mucho que para cuándo un novio, pero la verdad es que estoy en un momento donde estoy muy a gusto. No me cierro a nada, pero tampoco es que esté como loca buscando el amor en cada esquina. A pesar de no tener el concepto de una pareja, reconozco que tengo una vida muy plena. Me encantaría compartir mi vida con alguien más, ya sea una pareja o nuevas amistades,
pero no es tan fácil.
¿Y qué debería tener?
Que me haga reír, que me dé vidilla… Y que sea un pelín menos intenso que yo (risas). Lo que sí tengo claro es que quiero cosas serias, nada de tonterías.
¿La maternidad entra entre tus planes?
Antes te decía que mis sobrinos son mi vida entera y llama la atención porque yo no quiero ser madre o por lo menos ahora mismo no es mi sentimiento. La vida es muy larga y puede venir una persona que me haga replantearme cosas.
Y fuera de la tele, ¿Qué cosas te hacen disfrutar?
Es muy intenso lo que vivimos y desconectar es importante. Tengo la suerte de que fuera de la tele tengo una vida muy llena, con unas amistades que me dan la vida y que me hacen poner un poco los pies en la tierra. Me encanta salir y también estar en mi casa sin tener ningún tipo de obligación viendo series. Donde esté un viaje o un concierto, ahí también me voy a apuntar.
Y profesionalmente, ¿tienes alguna aspiración a largo o corto plazo?
La verdad es que no me gusta hacer planes a largo plazo. Estar haciendo TardeAr
es algo que no me esperaba para nada ni a corto o largo plazo. Ahora mismo estoy
cumpliendo un sueño y quiero disfrutarlo al máximo.