La invención y el desarrollo de la primera televisión
Una pequeña imagen de una cruz de Malta fue lo primero en la historia que se transmitió
con éxito a unos pocos metros.

Corría el año 1924 cuando se lograron transmitir las primeras imágenes a distancia. Es por eso que desde siempre se considera este año como el momento en el que se inventó un aparato tan famoso y popular hoy como es la televisión.
El creador y propulsor de esta primera transmisión fue el británico John Logie Baird. Un
escocés que unos años antes de ese 1924 ya había comenzado a realizar sus primeras
investigaciones sobre la transmisión de imágenes a distancia. Tanto es así que había
presentado el 26 de junio de 1923 la patente de la televisión.
La primera televisión de John Logie Baird
Aquella primera patente consistía en un telescopio eléctrico con dos discos giratorios
idénticos. Uno de ellos era el transmisor y el otro el receptor. Cada disco contaba con 24
agujeros cuadrados y eran las fotoceldas las que transmitían la imagen.
Los primeros discos giratorios eran de cartón, las imágenes tenían treinta líneas en sentido
vertical y se transmitían diez veces por segundo. Unos materiales que sugerían la nula
financiación con la que contaba Baird para sus investigaciones.
No sería sino hasta el 2 de octubre de 1925 cuando se transmitió por televisión por
primera vez la imagen de una persona. El elegido fue el ayudante de oficina William
Taynton. A partir de esa fecha, ya en 1928, Baird comenzó a experimentar con el color y a
realizar más transmisiones de forma regular.
El método electrónico de televisión
Paralelamente a Baird, el ruso-americano Vladimir Zworykin utilizó un método electrónico
para enviar y recibir las imágenes. Un método con el que comenzó a trabajar bajo licencia
la compañía británica EMI.
En 1936, la British Broadcasting Corporation decidió emitir imágenes de televisión por
primera vez. Para ello, y durante una serie de semanas, hizo diversas pruebas con los
métodos planteados por Baird y por la EMI. Los mejores resultados fueron los
proporcionados por la versión electrónica de la EMI.
Tras estos resultados, Baird abandonó el proyecto. El británico había aportado al mundo su
idea de la transmisión de imágenes y había sido el primero en patentar el invento de la
televisión. Sin embargo, sus escasos recursos económicos le impidieron competir con las
grandes compañías del momento.
Su método de la televisión mecánica nunca sería particularmente bueno, sobre todo por
las constantes imágenes parpadeantes y la luz tan intensa que precisaban las grabaciones.
Baird fallecería en 1946.