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¿Te da miedo conducir? ¿Temes volar? ¿Tienes fobia a los perros? ¿No puedes subir en ascensor? Toma nota...

¿Sientes un miedo irracional ante determinadas situaciones? Las fobias son uno de los trastornos psicológicos más extendidos en el mundo. Por suerte, con constancia y herramientas tienen solución

La emoción de miedo se presenta ante situaciones reales de peligro, pero también ante otros contextos que no tienen esa carga intimidante y, sin embargo, nuestra mente las percibe como altamente arriesgadas. Estos miedos, denominados fobias, se convierten en trastornos psicológicos muy invalidantes. Toma nota, la psicóloga Pilar Guerra nos da la herramientas para enfrentarse a ellos.

Miedo a los perros

Puede haber ocurrido que, en nuestro pasado, se diera una situación real de peligro ante ellos o incluso una agresión; esto explicaría nuestra evitación a que se nos acercase alguno. Aun así, las respuestas fisiológicas que se nos presentan ante la presencia de un perro como son las palpitaciones, la sudoración excesiva, las taquicardias y el quedarnos paralizados por el miedo, corresponden también a un miedo irracional.

Para evitarlo la técnica más recomendada es la de un entrenamiento en aproximaciones sucesivas; esto es, ponerse como objetivo ir acercándose al estímulo temido pero de manera paulatina. Además es fundamental tener expectativas realistas. Es totalmente imposible pasar del terror a poder acariciarlo, por lo que hemos de ir poco a poco, cada acercamiento va a convertirse en una prueba. También aprender sobre el mundo de los perros es otra herramienta para poder vencer esta fobia. No nos sirve de mucho que nos digan: “no hace nada...”, sino que es más productivo conocer su naturaleza y sus verdaderos peligros. De esta manera estaremos también informados de lo que es real y de lo que está en nuestra cabeza.

Miedo a conducir

Se trata de una fobia no muy conocida, pero más habitual de lo que pensamos. El terror a ponerse ante el volante es tal que puede producir un ataque de ansiedad en el momento de ponerse en marcha.

En este tipo de fobias, es recomendable comenzar desde cero, asistiendo de nuevo a clases de conducir
, donde paulatinamente se van a volver a recordar conceptos muy básicos y a generar de nuevo la confianza ante el volante. De esta manera, se comprueba también ante qué aspectos de la conducción se presenta esta fobia: a adelantar, a aparcar, a conducir por ciudad o carretera..., de tal manera que se pueda tratar de una manera específica. La fobia a conducir tiene que ver con aspectos específicos de las emociones profundas de las personas que la padecen. Este estado de hipervigilancia está relacionado con momentos de estar solos ante la carretera y con nuestros propios pensamientos, que en ocasiones son tan poco conocidos por nosotros y que pueden ser la causa de estos síntomas de ansiedad.

Miedo al ascensor

La claustrofobia consiste en un miedo o terror a los espacios cerrados o de pequeñas dimensiones, en donde la persona encuentra que le falta el aire y que es imposible permanecer allí.

Detectar los pensamientos que desencadenan esta fobia es un acercamiento para saber el origen. Muchas personas tras este ejercicio han descubierto que en realidad lo que les sucedía era que tenían ciertas dificultades en quedarse encerrados con personas desconocidas, y no tanto subir o bajar en un ascensor. También es clave utilizar la técnica de aproximaciones sucesivas: comenzar a subir pisos poco a poco ayuda a la habituación, ya que si sabemos que tras subir el primer piso podemos salir, y así sucesivamente, empezaremos a superarlo. Otro punto fundamental es aprender a gestionar los síntomas fisiológicos de ansiedad. En la mayoría de las ocasiones no es tanto la claustrofobia, sino el terror a padecer taquicardias y pérdida de control lo que hace que tengamos ‘miedo al propio miedo’.

Miedo a volar

La persona con miedo a volar en avión reconoce este momento como algo imposible de poder gestionar, tiende a evitarlo, llegando incluso a tener serias dificultades en su vida laboral y de ocio.

La primera herramienta para superar esta fobia es trabajar las conductas de evitación. Evitar volar en avión y optar por otro medio, puede ser una opción, pero elegir esta opción para evitar el miedo al avión, se puede convertir en un trastorno crónico que llegue a hacer que se generalice el foco del miedo a volar a otros contextos, llegando a convertirse incluso en una fobia a salir de casa y no poder viajar ni tan siquiera en autobús.

Además, en la mayoría de las ocasiones, la fobia a volar se da en el momento del despegue. La persona teme este instante porque es el punto en el que deja de estar en contacto con la tierra, interpretando esto como un peligro irracional y asociándolo a un fatal desenlace. Es necesario tener la herramienta de la información real de los porcentajes de accidentes y de los datos objetivos. Toda información genera formación para que nuestra mente se aferre a la realidad y contrarreste los miedos extremos y desbordados que se presentan en esta fobia.

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