Si nada más salir de la ducha tu piel pide a gritos una buena dosis de crema hidratante puede que no estés utilizando el gel de ducha adecuado. Al igual que no usas cualquier maquillaje o perfume, es fundamental elegir un jabón que se ajuste a todas tus necesidades. ¿Las conoces?
El ph es clave
El pH determina el grado de acidez o suavidad de la piel y se mide en una escala de 0 a 14, siendo el valor 0 el más ácido y el 14 el más básico. El pH ideal de un gel debe aproximarse al natural de una piel sana, que se encuentra entre 5,5 y 6. De esta forma, se previene la aparición de problemas cutáneos y se resguarda la barrera de protección de la piel. Si utilizas productos con valores diferentes, como los alcalinos, puedes acabar resecando tu piel e incluso sufrir acné, dermatitis o infecciones.
¿Tienes la piel seca?
Si tienes la piel seca es fundamental que optes por geles de textura cremosa, ya que son ser más delicados y no contienen agentes jabonosos que resecan la piel. Además, busca en su fórmula ingredientes como el aceite de oliva, el aloe vera o la miel. Si quieres un plus de hidratación también deberán contener vitamina A y E.
¿Sensible?
Un exceso de sequedad, alergias o eccemas son problemas comunes entre las personas con piel sensible. En primer lugar, evita las lociones y los geles extremadamente perfumados y busca fórmulas líquidas, suaves y con pH neutro. Te irán bien los que contengan extractos de aguacate, ya que contiene ácidos grasos, antioxidantes y vitaminas. También puedes elegir un gel con aceites hidratantes como el de almendras, que es delicado con la piel y la nutre en profundidad.
¿Exceso de grasa?
La producción de sebo se debe a factores genéticos y hormonales lo que significa que la grasa de la piel no es únicamente suciedad. Para equilibrarla, lo mejor es que elijas geles ligeros que exfolien muy suavemente, para ayudar a reducir las imperfecciones, abrir los poros y eliminar las células muertas. Un ingrediente clave es la menta, que revitaliza la piel y aporta frescor. También te irá bien la frambuesa, ya que contiene antioxidantes y vitamina C. ¿Más? La lavanda puede ayudar a equilibrar los niveles hormonales y, además, aporta una suave esencia que relaja los sentidos y te hará disfrutar aún más del baño.
¿Sabes utilizar el gel de baño?
No superes los 38ºC: La ducha es un gesto sencillo, pero que tiene sus secretos. Si la tomas por la mañana y necesitas espabilarte, te aconsejo que el agua no esté a una temperatura más allá de los 38 grados y que utilices un gel que contenga aceites esenciales de cítricos (mandarina, naranja, bergamota…) ya que poseen cualidades revitalizantes.
Para relajarte, lavanda: Si buscas un momento de paz antes de irte a dormir, nada mejor que los geles con lavanda, un aroma que tranquiliza y calma. Las pieles más sensibles piden pocos tensioactivos (sustancias químicas que generan la espuma) y reciben con alegría ingredientes oleosos y sin conservantes artificiales. Es un error muy común pensar que a más espuma, mejor limpia.
Ojo con la cantidad: Con una almendra de gel es suficiente. Enjabona las zonas que requieren una higiene más especial y evita la espuma en el resto del cuerpo. De esta manera se mantiene intacto el escudo protector de la piel.