¿Estás a dieta? 10 trucos fáciles para reducir calorías en tus platos
Llega el buen tiempo, y toca empezar a cuidarse. Si quieres reducir una buena parte de las calorías que se cuelan en tu dieta sin permiso (y te impiden adelgazar), apunta estos trucos
La 'operación bikini' ha comenzado. Pero tranquila, no hace falta agobiarse, puedes perder fácilmente un poco de peso simplemente teniendo en cuenta estos consejos. ¡Toma nota!
1- Cocina con técnicas sanas
A veces, aunque los alimentos que tomamos son frescos y ligeros, la forma de cocinarlos hace que sumemos calorías. Evita y restringe todo lo posible los fritos y rebozados y sustitúyelos por la cocina al vapor, al horno o en papillote. También la plancha es una opción muy recomendable, porque en su uso las grasas están limitadas. Un buen truco es utilizar un vaporizador de aceite, ya que con solo un par de vaporizaciones sobre la plancha será suficiente para preparar tus platos y que no se peguen.
2- Ten cuidado con las salsas
En casa (y también cuando salimos a comer fuera) muchas veces optamos por ensaladas pensando en cuidarnos. Sin embargo, luego las aderezamos con salsas extremadamente calóricas, como la
césar o la mayonesa. Consejo: el mejor aliño que podemos utilizar es el aceite de oliva, que contiene grasas saludables. Eso sí, siempre sin excedernos con las cantidades ya que a pesar de todos sus beneficios, también es muy calórico: una cucharada contiene unas 135 calorías.
3- Elige lácteos desnatados
Los lácteos desnatados son una excelente idea para rebajar calorías en recetas tradicionales. Los flanes quedan igual de buenos haciéndolos con leche desnatada y reduciendo el número de yemas de huevo, es decir, si la receta requiere 4 huevos, pon solo 4 claras y 2 yemas. Además, recuerda que muchos postres tipo pudding o incluso pasteles pueden hacerse con gelatina (en vez de leche, huevos y harina), perfecta para mantener la línea.
4- Gratina de forma más ligera
Por lo general, los quesos que utilizamos para gratinar suelen ser muy grasos y calóricos, así que si quieres que tu plato resulte más ligero y digestivo, prueba a sustituir al menos gran parte del queso rallado por pan rallado. Quedará crujiente y te encantará.
5- Reboza en versión light
¿Has probado a rebozar únicamente con clara de huevo? Si todavía no lo has hecho, vas a llevarte una buena sorpresa, porque los rebozados quedan muy crujientes, el sabor no se ve comprometido y notarás como tus digestiones son mucho más ligeras.
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6- Alíate con el yogur
En su versión natural, tanto el yogur como el queso fresco batido desnatado son ricos en proteínas, saciantes y bajos en calorías. Además, su textura cremosa y su suave sabor los convierten en ingredientes muy versátiles para sustituir la nata y la salsa mayonesa de todo tipo de recetas. Con ellos se pueden preparar aliños más ligeros o espesar y enriquecer cremas, currys o salsas de pasta. También los podemos emplear como base para untar en pan y tostadas (mejor integrales).
7- Prepara fajitas saludables
Una manera sencilla de seguir disfrutando de platos sabrosos mexicanos es emplear hojas de lechuga o col en lugar de tortillas de harina o maíz para los tacos y fajitas. Solo tienes que elegir buena materia prima (lo más fresca posible) y ser creativa con los rellenos.
8- Sustituye por aguacate
El aguacate es una fruta calórica, pero su aporte de calorías es muy inferior al de la mantequilla, una grasa láctea con la que comparte su textura cremosa cuando está maduro. Utilízalo para reemplazarla en bocadillos y sándwiches, salsas, batidos o patés. También es un buen aliado para hacer falsas trufas.
9- Busca el sabor del azúcar en 'otros'
No tienes por qué renunciar a postres y dulces, pero puedes reducir sus calorías limitando el azúcar o sustituyéndolo por edulcorantes. La stevia, por ejemplo, no contiene ninguna caloría, ni eleva los niveles de azúcar en la sangre, siendo buena y segura para los diabéticos. Además, tiene efecto vasodilatador, diurético y cardiotónico, es decir, regula la presión y los latidos del corazón. También puedes aderezar con extracto de vainilla, cítricos, canela, polvos de jengibre o nuez moscada. ¡No echarás en falta el azúcar!
10- Elimina la grasa de los caldos
Si tu caldo ha acabado con exceso de grasa, prueba a meterlo en la nevera y dejarlo enfriar hasta que esa grasa se solidifique. De esta forma después podrás retirarla fácilmente con ayuda de una cuchara. Y si no tienes tiempo de enfriarlo, coge un papel de cocina doblado en varias capas y pásalo por la superficie de la olla. Verás como se queda impregnado de buena parte de la grasa