Pese a que en un posterior contacto de la propia Valerie Trierweiler con radio Europa 1 la expareja de Hollande advirtió que Giffard ya no es su abogada y "habla sin saber y sin que se le haya encargado" hacerlo, no son las palabras de la letrada las únicas que apuntan a una próxima salida de Trierweiler del Elíseo. Según otras fuentes el triángulo se romperá por su vértice más débil y este sería la periodista de Paris Match.

De la postura inicial que nos mostraba a una Valerie "dispuesta a perdonar" y "preparada para encontrarse en la Casa Blanca con los Obama" hemos pasado a la Treirweiler que NEGOCIA UNA SALIDA DEL ELÍSEO y de la vida del presidente.

Personajes próximos a François Hollande, como Claude Bartolone, presidente de la Asamblea Nacional, en una de sus apariciones televisivas dejó entrever que Hollande se separaría de Treirweiler; y el ministro del Presupuesto, Bernard Cazeneuve, se refirió a Julie Gayet, en otra emisión televisada, como “la compañera del presidente”, excusándose acto seguido por su lapsus, que no es sino el reconocimiento tácito de un secreto que va comunicándose a voces en el país vecino, según van transcurriendo los días. No han faltado los amigos más allegados a François Hollande, que tacharon a la que ya consideran su ‘ex’ de ser una mujer “insoportable y celosa”.

François Hollande, que no está casado con Valerie, ha propiciado, no obstante, uno de los mayores escándalos de la presidencia de la República Francesa por la forma y los tiempos en que ha sido hecha pública su infidelidad.

El escenario actual es el de la negociación entre la expareja. Negó la que fuera abogada de Valerie que la pareja presidencial tuviera una pelea en una visita de Hollande a La Lanterne, apostando por la tesis de un acuerdo consensuado y amistoso entre ellos.
En este punto, Giffard expone que Valerie "No está actuando y menos aun haciendo chantaje". Niega que intente "instrumentalizar su situación de debilidad" por ser "totalmente contrario a su personalidad y a su forma de concebir las relaciones"... Pero si se establece la necesidad de la exprimera dama dereconstruir su futuro profesional, para mantener a sus tres hijos, uno de ellos en edad escolar y otro cursando estudios en el extranjero actualmente.

En lo que ya se adivina como el acuerdo para regular "salida viable económicamente" se alega que Valerie Trierweiler dejó su piso para seguir a Hollande al Elíseo, y también puesto de presentadora del canal D8, que era su principal fuente de ingresos, por su relación con el presidente y que solo cuenta con los ingresos de la revista Paris Match, donde conservó una crónica semanal dedicada a la crítica cultural, a todas luces insuficiente para subvenir a las necesidades de su familia.

Aunque el presidente sigue estando soltero y, legalmente, no tiene obligaciones a la hora de cortar la relación, ni tendría por qué compensar económicamente a su excompañera por la ruptura, lo cierto es que LA SITUACIÓN ES EXTREMADAMENTE DELICADA por tratarse de un presidente de Francia y por el riquísimo anecdotario, personal, institucional y político , a nivel nacional e internacional que la periodista Valerie Trierweiler ha ido atesorando en estos nueve años junto al líder socialista... Nadie duda que habrá que buscar también una salida digna en lo económico para las partes, aunque habrá que hacerlo con extraordinario tacto dada la situación de crisis que viven los franceses. Los elevadísimos impuestos que pagan los contribuyentes en el país vecino, además, dificultarían encontrar un empleo institucional para la exprimera dama, como se hizo con Ségolène Royal, la anterior pareja de Hollande y madre de sus cuatro hijos, que fue colocada en el Banco Público de Inversión después de que François llegase a la Presidencia.

Sin duda la salida al triángulo amoroso más polémico de Francia en este siglo tendrá que seguir madurandose hasta encontrar una solución al gusto de todos. Lo que sí parece claro es que con su salida del Elíseo, Valerie Trierweiler, podría acabar también con la figura institucional de primera dama con cargo a los presupuestos del Estado, según vienen clamando los ciudadanos a raíz de este último escándalo. De ser así, Julie Gayet podrá convertirse, en un futuro y de seguir adelante con su relación con el presidente, en la primera esposa de François Hollande, pero no en la primera dama del país aunque se instalase con él en el palacio presidencial.

Julie Gayet, de 41 años, HA GANADO EL PULSO AMOROSO A VALERIE, cuya salida de la vida de Hollande va pactándose paso a paso.