No debe haber sido fácil para Letizia acudir hoy al Auditorio de Madrid. Presidía junto al Rey el concierto anual en homenaje a las víctimas del terrorismo, pero el subtexto apuntaba hacia otra parte. En concreto, a la filtración de varios mensajes de móvil personales escritos en 2014 y dirigidos hacia un entonces amigo, actualmente imputado en dos casos de corrupción.
No insistiré más en ello, pues aquí nos ocupa el tema de la moda, pero... ¿cómo evitarlo? Suponemos que el estado de ánimo de la Reina no estaba precisamente en lo alto. Y su media sonrisa así lo reflejaba.
En su estilo se ha materializado en un conjunto muy sobrio, y repetido al completo: el abrigo oversize gris (que se puso el pasado viernes para la exposición de Cervantes) y el vestido negro sin mangas y con ligero vuelo. Todo de Nina Ricci.
En cuanto a complementos: ha llevado la cartera negra con cordón dorado, también de la firma francesa; y sus salones clásicos de Prada, que nunca fallan si se quiere ir elegante.
Los pendientes han sido los largos de pepitas doradas de Tous, que estrenó en octubre pasado en un viaje a Milán y ha lucido después en alguna otra ocasión. Y el pelo, liso, como casi siempre desde que comenzó este año.
Este modelo lo reconoceréis porque se lo puso tal cual el 10 de abril de 2015, en la entrega de las becas de La Caixa en Barcelona. Fue un estreno muy alabado, porque rompía un poco con el estilo habitual de Letizia, abriendo un camino hacia lo moderno, pero sin estridencias.
El tiempo ha pasado y me sigue gustando, por supuesto. Poco más puedo comentar, salvo que hoy no estaba la cosa para muchos colores...
¿Qué me decís, querid@s mías?