Con una abultada maleta y su bolso, a unos pasos de Alejandra, una espigada jovencita casi más alta que su madre, Terelu emprendió viaje y puso distancia con una realidad que desea dejar atrás para reflexionar y poner en orden su vida, para lo que el primer paso fue DEJAR EL TRABAJO EN SÁLVAME, un programa directo y diario de varias horas que marcaba su rutina diaria y no le dejaba mucho tiempo para otras actividades alternativas.

Alejandra, la hija de Terelu es la mejor compañía para la presentadora, que desea recuperar el tiempo perdido y dedicar toda su atención a la adolescente en estos nuevos tiempos.

Sin duda el hecho de haber pasado por una grave enfermedad y la posterior ruptura con el piloto de aviación Carlos Pombo, del que estaba muy enamorada, fueron dos episodios que tambalearon sus presupuestos vitales y Terelu Campos necesita reponerse y cerrar heridas para abordar los tiempos venideros con un espíritu nuevo y un ánimo positivo, ante la ilusionante tarea de reinventarse en puertas a los cincuenta años.

Una sonrisa, la de Terelu Campos, que habla por sí sola del buen ánimo con el que la excolaboradora de Sálvame, aborda su vida alejada durante una temporada de la televisión.

Posiblemente esta temporada alejada de los focos y los platós sea decisiva para ayudarla a poner en claro sus ideas, pues aunque se comentó que Terelu Campos podría aprovechar sus vacaciones alejadas de las cámaras para hacerse algunas intervenciones de cirugía estética en el rostro, la hija de María Teresa Campos lo ha desmentido rotunda y completamente pues lo que ahora la ocupa son los retoques interiores y llegar al fondo de su corazón.

La víspera de San Valentín, día de los enamorados Terelu, de 48 años, eligió la compañía de su hija para abandonar Madrid con destino desconocido. Rota su relación con Carlos Pombo, NO SE LE CONOCE OTRO AMOR.