Raquel Sánchez Silva da la espalda a la prensa en los premios AD
Aunque Raquel no dio ningún tipo de explicación a la organización del evento sobre su repentina y abrupta salida, los rumores sobre su encontronazo con algunos periodistas a la entrada fueron lo más comentado de la fiesta. Raquel Sánchez Silva era una de las invitadas que más expectación causaba en un amplio sector de sus compañeros, ya que está de permanente actualidad desde la muerte de su marido, Mario Biondo, el 30 de mayo pasado. Las especulaciones y polémicas surgidas en torno a las investigaciones sobre LA CAUSA DE LA MUERTE DEL CÁMARA italiano con el que estuvo casada menos de un año, así como los desencuentros públicos y mediáticos entre Sánchez silva y la familia siciliana Biondo, en manifiesto desacuerdo con LA FORMA DE LLEVAR SU LUTO de Raquel, que intenta rehacer su vida, han mantenido a la extremeña en el ojo del huracán cuyos efectos se siguen dejando sentir, como se pudo comprobar en la fiesta de AD.
Raquel Sánchez Silva no fue a la fiesta con Matías Dumont, el empresario argentino con el que se la viene relacionando desde el pasado otoño. Llegó con su amigo Peter Priede, que tiene en el rastro de Madrid la tienda vintage La Brocanterie.
La periodista, que PODRÍA HABER VUELTO A ENCONTRAR EL AMOR, acudió al lugar del brazo de un amigo y no del empresario argentino Matías Dumont, diez años más joven que ella, con quien se la viene relacionando desde el pasado otoño y cuyo supuesto noviazgo ocupó las portadas periodísticas a mediados de enero. Tal vez fuera la compañía o el interés periodístico por el paradero del ausente Matias, podría haber influido también algún desacuerdo con la manera de informar de algunos de sus compañeros de profesión sobre su delicada situación personal y judicial, pues aún sigue ABIERTA LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA MUERTE DE MARIO Biondo en Italia... El caso es que tras una breve charla con la prensa, la conductora de Deja sitio para el postre de Cuatro, decidió marcharse repentinamente junto al amigo que la acompañaba.
Tras dejar el abrigo en el guardarropa, Raquel Sánchez Silva sorprendió con un modelo minifaldero y veraniego, que lució durante muy poco tiempo.
En el candelero informativo por las extrañas circunstancias de su prematura viudez, por las polémicas con su familia política que han llegado hasta la RAI, televisión estatal italiana, porque la periodista extremeña no deja de ser un rostro conocido de la pequeña pantalla, Raquel Sánchez Silva no resistió la presión y en vez de mantener las apariencias y asistir a la entrega de premios con toda normalidad, salió de repente como siguiendo el guión de Cenicienta abandonando el baile de palacio, y dejó lo que podía haber sido una breve mención en la crónica social, en portada de impacto y en la noticia de la noche.
Raquel Sánchez Silva encontró un brazo en el que apoyarse, el de su amigo, para abandonar un lugar en el que acababa de tener un tenso desencuentro con algunos de sus colegas de profesión.
Como periodista, Sánchez Silva debía saber mejor que nadie las repercusiones mediáticas de su espantá. Pero su pronta marcha a Honduras, la distancia, y el tiempo que pasará al otro lado del Atlántico seguro que tendrán un efecto balsámico y las aguas volverán a su cauce entre la extremeña y algunos de sus colegas, que pasaron de cronistas del evento a protagonistas de la información.