Hay vacaciones y vacaciones y el mejor ejemplo de ello son Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Mientras que Belén Esteban se ha conformado por disfrutar de unos días de asueto en un hotel de lujo de su querida Benidorm, la famosa pareja ha elegido un sitio muy exclusivo y al alcance de pocas personas.
Tras visitar Perú y el sudeste asiático, este año han elegido el destino favorito de los recién casados y los más ricos, las Maldivas. Si bien cualquier pareja de novios se conformaría con cualquier hotel de la isla ellos, sin embargo, han elegido hospedarse en los más caros de todos.
En medio del océano
Según ‘El programa del verano’ Mario e Isabel han estado alojados en el lujoso Hotel Cheval Blanc Randheli.
La estancia
En total han estado 15 días en este paraíso en la tierra, en los que se han alojado en los resorts más exclusivos de las islas, algunos de hasta 6 estrellas.
Sin todo incluido
A pesar de no tener todo incluido, seguro que no les ha importado pagar por disfrutar de todos y cada uno de los cinco restaurantes de lujo con los que cuenta el Cheval.
Comodidades
En el precio, por supuesto, estaban incluidos varios detalles que hicieron de su estancia inolvidable, como poder tener una playa privada para ellos.
Muy guapos
Además, este verano están mucho más guapos que nunca pues se han sometido a varios tratamientos de spa y masajes en la prestigiosa Clínica Buchinger de Marbella.
El precio
Acceder a tanto lujo tiene un precio, claro, y uno muy alto. Según el programa de televisión Isabel y Mario desembolsaron 4.500 euros por noche.
Otros gastos
Los vuelos hasta las Maldivas y los tratamientos de belleza no están incluidos en esa cifra. El viaje les costó 3.500 euros a cada uno y el tratamiento en la clínica 17.490 euros por semana y por persona.
Tras las vacaciones han disfrutado de su afición por los toros
El hotel permite ir a la playa directamente desde la habitación
Algunas de las habitaciones cuentan también con piscina privada
¿Quién no se echaría una siesta aquí?
Los alojamientos están tan cuidados como el entorno
Arena blanca y aguas cristalinas, una combinación que siempre gana