A medida que avanzan las semanas en 'Supervivientes', los concursantes se muestran cada vez más vulnerables, y con los sentimientos a flor de piel. Ya llevan mucho tiempo fuera de casa y empiezan a echar de menos a sus seres queridos. Es lo que le ha pasado a Nacho Palau, ex de Miguel Bosé, al que hemos visto hablar del cantante como nunca antes. Y es que, según ha confesado, este sigue siendo una persona muy importante para él: "Yo he estado enamorado hasta las trancas, no: lo siguiente. Es lo que más quiero en el mundo, no quiero que sufra, quiero que le vaya todo bien". Él lo niega, pero sus palabras suenan a que sigue enamorado del artista. Incluso le ha mandado "un beso" a través de las cámaras, por si lo viera en la pequeña pantalla.

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"Ojalá me llevara de puta madre con Miguel", ha lamentado al recordar la separación de sus cuatro hijos. En la actualidad él se hace cargo de dos de sus mellizos, mientras que el cantante cuida de los otros dos a más de 9.000 kilómetros de casa, en su exclusiva mansión de México. Aunque se han enfrentado en los tribunales por la custodia de sus pequeños, Palau ha recordado con enorme cariño a Miguel Bosé.

Así habla Nacho Palau de Miguel Bosé como padre: "Era estupendo, se lo ha currado"

"Era estupendo, lo hacía todo de puta madre", ha contado. Echa mucho de menos los tiempos en los que formaban una familia feliz, en compañía de sus cuatro hijos: "Ha sido muy divertido porque cuando dos empezaban a caminar, otros empezaban a gatear. Yo era más de tirarme al suelo, de brincar, de hacer la voltereta. Miguel se lo ha currado como un campeón. Ha sido un tío que se lo ha currado todo. No me gusta cómo están las cosas ahora, pero espero que cambie".

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"Todo el mundo me dice: ¿Qué coño le ha pasado a Miguel?", se ha lamentado. Ante todo, ha dejado claro que es un padrazo: "Los ha disfrutado mucho". Estas bonitas declaraciones contrastan con el duro testimonio que compartió semanas atrás, cuando destapaba la dura situación económica en la que se ha quedado desde que su relación con el cantante llegase a su fin y tuviese que separar no solo sus caminos, sino también a los cuatro hijos que tenían en común.

En una conversación con sus compañeros, Palau reconocía que su existencia es ahora mucho más austera “con mis manos, metido en mi pueblo, con mi madre con cáncer”. No lo ha pasado nada bien en estos tres años que lleva alejado del hombre con el que formó una familia: "En los últimos tres años tengo mi pueblo, no he salido a comer, pero me tomo mis cervecitas con el dinero justísimo”. Eso sí, no se le caen los anillos por trabajar en lo que sea: “Tengo 50 años. Me he separado hace tres y tengo dos manos. Nunca he sido muy ambicioso, me he conformado con trabajar, he sido feliz”.