Los Reyes llevan varios días en Palma de Mallorca disfrutando de su estancia estival, si bien en un tono bastante discreto. El pasado lunes por la tarde comparecían junto a sus dos hijas en el primer posado oficial e «inaugural», en su residencia de Marivent, y esta noche han dado el pistoletazo con pompa y brillo a estas vacaciones.
Para ello han invitado a una nutrida representación de autoridades (los representantes de Podemos declinaron la invitación, aunque sí ha asistido la presidenta del Parlamento Balear, Xelo Huertas, de dicho partido) junto a personajes relevantes de la sociedad balear en la habitual recepción en La Almudaina, con la que ya el rey Juan Carlos les agasajaba. La diferencia respecto al estilo del anterior Monarca es que los «nuevos» optaron por incluir a menos políticos y por abrir el abanico a más ciudadanos de a pie, en un tono algo menos formal.
Al igual que el año pasado, les ha acompañado la reina Sofía, quien por cierto continúa en la isla, donde se instaló (aunque con alguna interrupción por varios compromisos) a finales del pasado junio.
La Familia Real permanecerá en Mallorca unos diez días, algo más que el año pasado. Pese a que se comentaba que la relación de nuestros royals con el destino oficial de sus veraneos desde hace décadas se había enfriado, lo cierto es que don Felipe recalcó en el posado del lunes que se encuentra «muy bien» en esta isla, donde «la gente es estupenda».
