Así llama cariñosamente Luis Miguel Rodríguez a Ágatha Ruiz de la Prada

Desde que se separó de Pedro J. Ramírez, Ágatha Ruiz de la Prada es una nueva mujer. Y más desde que encontró el amor al lado de Luis Miguel Rodríguez, el dueño de una conocida empresa de desguaces. Él le ha devuelto la felicidad y está viviendo una segunda juventud al lado de él. Se han vuelto inseparables y ahora descubrimos cómo llama cariñosamente Luismi a Ágatha en la intimidad: "Flaca".

Un verano muy especial

Un apodo de lo más sorprendente y llamativo. La diseñadora, que a sus 58 años, puede presumir de una figura esbelta, aunque ha perdido 20 kilos desde que rompiera su relación con Pedro J. Ramírez. Pero dejando atrás el pasado y centrándose en su futuro, y sobre todo viviendo su presente, Ágatha ha encontrado en Luismi el hombre perfecto para disfrutar también de un apasionado verano en alta mar.

La pareja ha pasado un romántico fin de semana en Mallorca, concretamente en la casa que ella tiene en Costa de los Pinos, al norte de la isla, tal y como informa el medio digital Informalia. Allí han disfrutada de agradables jornadas en el mar, de la gastronomía balear y lo más importante, de su compañía.

El comienzo de este romance

Este romance comenzó cuando los descubrimos juntos disfrutar de una corrida de toros en la Feria de San Isidro, en Madrid. Los primeros encuentros en público de la diseñadora y el empresario fueron detrás de los burladeros.

Su primer posado

Y no fue hasta un mes después cuando posaron por primera vez juntos en un photocall como pareja. Asistieron como invitados al II Premio Internacional de Periodismo, en el Teatro Real de Madrid. 

Han afianzado su relación

Después, y con el paso de los meses, han ido afianzando su relación hasta convertirse en una de las parejas de moda en la prensa del corazón. Y así es como Ágatha Ruiz de la Prada está más brillante que nunca. Su felicidad tiene un nombre: Luis Miguel Rodríguez.

Ágatha se ha vuelto una gran seguidora de los toros

Luismi le ha devuelto la sonrisa a Ágatha

Se han vuelto inseparables