Han pasado ya tres meses desde que Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler pusieron fin a su romance. Y mucho ha llovido desde entonces. En este breve periodo de tiempo, la vida del Premio Nobel ha cambiado de manera radical. En solo unas semanas los hemos visto trasladarse desde Madrid a París, donde ingresó en la Academia Francesa el pasado 9 de febrero, a Perú, donde se encuentra actualmente. Fue el pasado 4 de marzo cuando el escritor, acompañado de su familia, tomó un avión rumbo a su tierra natal para asistir a la boda de su nieta Josefina. Un enlace que, una vez más, lo ha vuelto a unir a sus hijos, que no se separan de él, y a su exmujer, Patricia Llosa, con la que ha emprendido una nueva y plácida etapa en el continente americano. Y es que después de intensas semanas expuesto al foco mediático, la pareja ha decidido disfrutar de su estancia en Lima todo el tiempo que puedan. Según ha podido saber SEMANA, "están encantados" con su reencuentro. El destino, una vez más, ha querido unirlos y le están sacando el máximo partido a estos días de felicidad.

Mario Vargas Llosa

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Twitter

Y es que tras la reaparición de Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa las aguas parecen haber vuelto a su cauce. Álvaro Vargas Llosa, hijo de la pareja, está ejerciendo de narrador vital del escritor y a través de las redes sociales comparte los planes familiares del genio de las letras. Hace apenas unas horas subía a su perfil de Twitter unas instantáneas de su padre en el despacho de su casa de Perú, que ofrece unas espectaculares vistas al Pacífico. "Trabajando, el día después, escoltado por el Pacífico, en el escritorio donde escribió Historia de Mayta y tantas más", asegura. Con estas imágenes se evidencia que el nuevo quehacer cotidiano de Vargas Llosa es tan pacífico y sosegado como anhelaba. Nada como la paz del hogar familiar y la compañía de sus seres queridos para volver al trabajo con energías renovadas.

El autor de libros como 'La fiesta del Chivo'

' y 'La ciudad y los perros

' y Patricia Llosa, madre de sus tres hijos, se separaron en el año 2015, cuando se hizo pública la relación del escritor con Isabel Preysler. Un año después firmaron el divorcio, poniendo fin a 50 años de matrimonio. En septiembre del año pasado retomaron el contacto tras casi ocho años de distanciamiento. La ruptura con la 'reina de corazones' ha facilitado el acercamiento con su ex, con la que ya ha retomado por completo la normalidad e, incluso, la cotidianidad. Ahora salen y entran juntos de casa, acuden los dos a cenas y cócteles, toman aviones sin separarse el uno del otro. No se separan. Y todo parece indicar que así seguirá siendo.

El Premio Nobel recupera su tranquila vida en su casa de Perú

La nueva vida de Mario Vargas Llosa en Perú junto a Patricia Llosa
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"No me arrepiento de nada, absolutamente”, decía Vargas Llosa hace unas semanas a 'El País Semanal'

' al hablar de su noviazgo con Preysler. “La experiencia se vivió y ya está, vuelvo a estar en mi casa, rodeado de mis libros”. Ahora, lo único que quiere es recuperar la tranquilidad perdida, esa que perdió por completo tras empezar su idilio con Isabel Preysler. Basta con ver sus fotos más recientes para comprobar que está logrando recuperar su vida y sus tranquilas rutinas, a miles de kilómetros del huracán mediático al que ha estado expuesto por su affaire con Isabel Preysler.