La familia real holandesa, vacaciones blancas en la estación austríaca de Lech
Los reyes Guillermo y Máxima de Holanda viajaron desde la ciudad rusa de Sochi, donde animaron al equipo olímpico holandés, hasta Lech, en Austria, donde se reunieron con el resto de la familia para pasar unos días de descanso que coinciden con las vacaciones escolares de los niños. Guillermo y Máxima dedicarán estas vacaciones a Amalia, Alexia y Ariane, que ya se desenvuelven sin problemas sobre los esquíes. Estas vacaciones han permitido a las hijas de los reyes estar con sus primos, a quienes no ven lo que les gustaría, ya que dos de ellos, Luana y Zaría, las hijas del fallecido Friso, viven en Londres con su madre.
Beatriz de Holanda con su nuera, la princesa Mabel, viuda del infortunado Friso, y sus nietas, Luana y Zaría.
A pesar de los dolorosos recuerdos que les trae la estación de Lech, donde hace dos años Friso sufrió el grave accidente que a la postre le costaría la vida, la familia real se siente muy a gusto en estos bellos parajes austríacos donde los Orange tienen una magnífica residencia adquirida en tiempos de la reina Juliana, abuela de Guillermo. Tanto al rey Guillermo como sus hermanos y primos aprendieron a esquiar en Lech y otro tanto está sucediendo con sus hijas y sobrinos.
El príncipe Constantino, el hermano pequeño del rey Guillermo, con su mujer, Laurentien, y sus tres hijos, Eloise, Claus Casimir y Leonore.
Guillermo y Máxima conjuntaron sus trajes de esquí.
Para Beatriz de Holanda son unas vacaciones muy esperadas después de un año muy intenso en el que ha vivido la alegría por la entronización de su hijo Guillermo y de su nuera Máxima, y también la tragedia por la pérdida de su hijo mediano Friso. La ex soberana holandesa ya se ha instalado en su nueva residencia del castillo de Drakenstein, donde vivió sus primeros años de casada con sus hijos. Cerca de´allí, está enterrado el príncipe Friso.
Beatriz de Holanda, rodeada por sus ocho nietos, de los que está disfrutando plenamente estas vacaciones.