La estrella de Justin Bieber, que cumplirá 20 años el próximo 1 de marzo, podría estar apagándose después de semanas de controvertido y extraño comportamiento. El cantante apenas ha pasado 24 horas en la cárcel, pero lo sucedido solo ha sido un capítulo más en la larga lista de escándalos que le han puesto en el ojo del huracán en las últimas semanas. De hecho, su madre, Pattie Mallette, confesó horas después de la detención de su hijo: "Tengo que hablar con él"

Y quizás tendría que haberlo hecho hace tiempo, mucho antes de llegar a una situación que, de mantenerser en el tiempo, podría suponer el final de una de las carreras más fulgurantes del panorama musical estadounidense.

El cantante ante el juez, que le impuso una fianza de 2.500 dólares (1.800 euros) para salir en libertad.

Justin fue detenido por la policía, alertada por los vecinos a las cuatro de la mañana, cuando participaba en una carrera ilegal en una zona residencial de Miami Beach. El cantante, que conducía un Lamborghini amarillo, circulaba a 120 kilómetros por hora, sin carné de conducir, ebrio y tras haber consumido drogas, como él mismo reconocería más tarde en la comisaría. Junto a él fue detenido otro joven, el rapero Khalil Amir Sharieff, que competía con Justin al volante de un Ferrari rojo.

Ya en la comisaría, Bieber tuvo un comportamiento chulesco e irresponsable, como lo calificaron los policías encargados de hacerle las fotos para la ficha policial, en las que aparece con la más amplia de las sonrisas. Más serio estuvo ante el juez que estableció la fianza. En su breve intevención, Justin se limitó a confirmar su identidad, afirmar que comprendía las acusaciones y aceptar los tres cargos que se le han imputado: exceso de velocidad, conducir bajo los efectos del alcohol y la marihuana y oponer resistencia a los policías que le arrestaron.

Bieber abandonó la cárcel escoltado por funcionarios de prisiones. 

Menos de 24 horas después, y tras depositar 1.800 euros de fianza, el cantante salió del Turner Guilford Knight Correctional Center de Miami escoltado por funcionarios de prisiones. A la salida le esperaba su padre, Jeremy Bieber, con el que se marchó después de subirse a una furgoneta para saludar a sus incondicionales fans.

Justin posó así de sonriente para la foto de su ficha policial. Los agentes aseguran que tuvo un comportamiento chulesco e irresponsable. 

Tras varias semanas de escándalos y controvertido comportamiento, el equipo de Justin temía que lo sucedido en estos últimos tiempos acabara por minar la popularidad de Justin Bieber. El cantante, sin embargo, tiene una legión de incondicionales admiradoras que le adoran haga lo que haga, como pusieron de manifiesto las decenas de enfervorizadas fans que le esperaban a la salida de la cárcel.

Saludó a un grupo de fans que le esperaban a la salida de la cárcel.

Jeremy Bieber, el padre de Justin.