“Muchas chorradas, un mansplaining y una gala”, así ha sido calificada la 32 edición de los Premios Goya. Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, integrantes de la antigua Hora chanante, fueron los encargados de presentarla, y aunque nos tienen acostumbrados a reír, esta vez parece que tanto el auditorio como la audiencia, no encontró la gracia a sus chistes.Chistes sin gracia, de mal gusto, escenas incluso un poco ofensivas, un guión malo... Muchos de los más críticos llegaban a la conclusión de que Reyes y Sevilla habían destrozado los Goya.

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Ambos humoristas acabaron la ceremonia sin imaginarse que recibirían tantos palos. Tanto Reyes como su compañero, Ernesto Sevilla, estaban convencidos de que habían hecho reír al público y que todo había ido la mar de bien. "Desde el escenario veíamos al público reír y la sensación, lo prometo, era buena. Yo me fui a dormir convencido de que lo habíamos hecho bien". Pero nada más lejos de la realidad, las críticas llegaron al día siguiente y ambos se dieron cuenta de su metedura de pata.Visitaron el plató de El Hormiguero para charlar de la gala, sus fallos y sus virtudes y demostraron que ante los numerosos palos recibidos, los enfrentarían con el mejor humor posible. "Yo puse en Google: 'Crítica buena gala Goya 2018'... Cero items, ¡nada!", bromeó Joaquín. Ernesto por su parte alababa el mérito que tenía llevarse el título de haber hecho la peor gala de la historia: "Seguro que costaría decidir cuál fue la mejor, pero la peor ya sabemos que ha sido esta. Eso tiene su mérito. Me hace cierta ilusión, lo digo en serio".En un tono más serio ambos humoristas señalaron que "hay que tomarse bien las críticas. Nosotros en general hemos tenido suerte, y si ahora llegan los palos, hay que encajarlos, no pasa nada", afirmaron.