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Iconos madrileños a la sombra del Retiro: Salino

En el bullicioso (y delicioso) barrio de Ibiza se encuentran una gran variedad de restaurantes entre los que destaca Salino. La evidencia de ser uno de los locales de referencia viene dada por su calidad, hospitalidad y diseño de una carta con mucha personalidad. ¿Me acompañas?

Salino abrió sus puertas hace más de 4 años y desde entonces se ha eregido como un icono en este barrio tan conocido de la capital. Su secreto: calidad, atención y diseño de una gastronomía única y personal.

El chef Javier Aparicio, artífice de este proyecto y de varios más en la capital (Cachivache y Raquetista), dedica a Salino su versión más mediterránea y sofisticada. En su cocina conjuga producto de altísima calidad con un giro actual muy personal dando un paso más allá a la oferta de moda en la ciudad.

 “Nos gusta plantearnos por qué algunos platos típicos han caído en el ostracismo y tratamos de versionarlos con los estándares actuales. Ya lo hicimos con los torreznos o los buñuelos de bacalao y esta vez hemos querido recuperar la gallinejas, algo muy de Madrid pero que paradójicamente es difícil de encontrar”, comenta el chef.

Uno de los secretos de Salino es su disposición para hacer fácil al comensal su experiencia gastronómica. Por ello se plantea en barra la opción de medias raciones y platos ágiles para comer un picoteo en torno a las mesas altas. Sus conocidos torreznos y bravas, las ostras con Bloody Mary o las croquetas de txangurro son algunas de las propuestas que se pueden disfrutar en un ambiente más distendido con rollo de taberna. 

Sin embargo, su comedor evoca una sensación diferente. En él se tiene el placer de disfrutar en torno a una mesa sin prisas y con calma. El lugar perfecto para enamorarte de una comida. 

Se define como cocina de fondo y producto. Platos como Pipirrana de atún rojo, dumplings de mogote en “manteca colorá”, arroz con salmorreta y carabinero, parpatana de atún guisada al vino tinto o albóndigas de cordero Marrakesh son exquisitos ejemplos que llenarán sus mesas de sabor y halagos por parte del comensal. 

 

El broche final viene dado por su “cocina dulce”. En Salino todos los postres se elaboran de manera artesanal en el obrador de su propia cocina. Creaciones realizas con verduras como la torrija de berenjena o el coulant de calabaza con helado de tomillo se consolidan como el cierre perfecto para vivir la experiencia Salino.

Acompañando esta personal oferta gastronómica en Salino se puede disfrutar de una carta de vinos diseñada por Paco Aparicio, hermano del chef y sumiller, que ha seleccionado una lista de más de 70 referencias de más de 20 denominaciones de origen disponibles muchos por copa y en botella. Su bodega ofrece vinos representativos de todas las zonas vitivinícolas de España con unas extensas opciones  en variedades, elaboraciones y estilos.

Todo en un espacio que despierta el disfrute alrededor de una mesa. Luz cálida y suave que fusiona a la perfección con los tonos elegidos para las diferentes estancias. Para completar esta decoración destacan los puntos naturales a través de sus plantas y los detalles en madera que protagonizan cada rincón creando así un conjunto armónico difícil de olvidar. 

Lo bueno: Hospitalidad, espacio y carta.

Lo mejor: Ojo a sus fuera de carta según producto de temporada…te sorprenderán!

Precio medio: 25 € en barra y 40 € en comedor.

Dirección: Calle Menorca, 4 Madrid. Tel: 91 214 16 82 

@Mysevendays

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