Grandes clásicos: Mazarino
Lo clásico vuelve a estar de moda y el mundo gastro también sigue esta premisa a la hora de valorar un local de toda la vida. Hablamos de Mazarino el restaurante ubicado en la calle Eduardo Dato donde día tras día llena sus mesas ofreciendo un aperitivo insuperable, menú diario muy interesante o un animadísimo after Work cuando cae la tarde.
Lo clásico vuelve a estar de moda y el mundo gastro también sigue esta premisa a la hora de valorar un local de toda la vida. Hablamos de Mazarino el restaurante ubicado en la calle Eduardo Dato donde día tras día llena sus mesas ofreciendo un aperitivo insuperable, menú diario muy interesante o un animadísimo after Work cuando cae la tarde.

Y es que en Mazarino se respira el gusto y buen hacer de toda la vida. Sus camareros conocen por nombre y apellidos a sus clientes como si de un club se tratase. Su cocina presenta recetas tradicionales bien elaboradas y su oferta líquida es presentada en una barra donde no falta de nada.

El espacio data de los años 70 y tras una renovación cuidada y bien entendida Mazarino se presenta hoy al público con su esencia intacta. Carismática decoración con aire de club inglés que se compone por mobiliario clásico, tupida moqueta en el suelo y su famosa escalera tallada. Todo bajo la atenta mirada del retrato del Cardenal y diplomático que le otorga el nombre.


Para deleite de sus comensales la oferta gastronómica de Mazarino se basa en una cocina repleta de buen producto y en cuidadas recetas clásicas que nunca fallan.
Ensaladilla rusa, gambas blancas de Huelva o los huevos fritos con patatas y chistorra de Arbizu son ejemplos de entrantes perfectos para compartir al centro de la mesa.

En el apartado de carnes, junto a su famoso Steak Tartar y otros cortes francos como el entrecote y el solomillo, sobresale el delicioso y afamado Escalope Mazarino. Una obligación en la comanda cuando visitas el local.
Con sabor a mar en la carta de se encuentra su conocida merluza de pincho a la romana o los Calamares en su tinta. Y para poner el toque dulce y como no podía ser de otra manera sus postres nos recuerdan a los de la abuela con opciones como Tarta de queso Ibarrola o el tocinillo de cielo.

En Mazarino se encuentra la opción perfecta para cualquier momento del día. Un punto de encuentro que siempre cumple las expectativas y ha perdurado en el tiempo gracias al gusto y al buen hacer ¡Mazarino ha vuelto!
Lo bueno: Su aperitivo es épico. Boquerones en vinagre, croquetas, gambas, torreznos, jamón o sándwiches son los compañeros perfectos de una caña bien fría o un vermut de la casa.
Lo mejor: Menú diario con recetas tradicionales, servicio atento y familiar y una decoración que te hace viajar años atrás.
Precio medio: 25€
Dirección: Calle Eduardo Dato, 13 Madrid. Teléfono: 91 308 02 98
@Mysevendays