Cícero y su especial mesa para compartir
Ubicado en la calle Lagasca, a escasos metros de la archiconocida Goya, se encuentra este nuevo restaurante llamado Cícero. Y si por algo destaca y se está haciendo eco en el barrio, es por su mesa comunal donde se sirven carnes, pescados y hortalizas de primer nivel. Un local elegante y con estilo donde pasar las horas y disfrutar de su interesante carta se convertirá en uno de tus deseos para esta temporada ¿Te animas?
Sin duda el punto fuerte de este nuevo local es la Mesa Cícero, una mesa común con una gran plancha en torno a la que un chef cocina e interactúa con un máximo de 18 comensales. El chef dialoga con los clientes mientras elabora uno de los tres menús diseñados para el disfrute de este servicio. Como explican desde Cícero, «Se puede reservar la mesa completa, pero la idea es que esto sea especie de omakase a nuestro estilo, un lugar donde puedes disfrutar de la comida con tu acompañante o abrirte al resto de comensales…». Además, en esta mesa está previsto que, periódicamente, sean invitados chefs en sesiones de guesting, así como bodegueros o productores afines al alma gourmet de este local.
Pero en Cícero hay mucho más. En su elegante y acogedor comedor con vistas a un jardín interior, se degusta una carta plagada de sorprendentes elaboraciones con materia prima de alto nivel.
Pescados de lonja, verduras de temporada y carnes de Discarlux protagonizan un menú con predilección por el recetario francés, y que rotará , al menos, dos veces al año. Entre los entrantes, destacan los sabrosos dátiles con sobrasada y panceta, uno de los hits de la carta; y la ensaladilla, con atún rojo y huevo frito en puntilla. En el capítulo de ensaladas, dos son especialmente celebradas por la clientela: la de raíces, una original combinación de zanahoria, chirivía, boniato y remolacha; y la César con cigala, un guiño a México, ya que la versión original se creó en Tijuana.
De la estrella de la cocina, su horno de leña, salen diferentes carnes. Especial mención al lingote de cochinillo, con su guarnición de patatas rostizadas y a la paletilla de cordero lechal, con un toque ahumado. Al estilo de los asadores tradicionales, se ofrecen diferentes guarniciones, como el puré de patata con trufa, los hongos con panceta y patata o la coliflor asada con parmesano. DELICIOSO!
Para finalizar la experiencia Cícero es necesario pasar por el apartado de los postres. Y es aquí donde hay tres recomendaciones infalibles: Bombón Rocher para los fanáticos del chocolate; tarta de queso de la casa para locos por las elaboraciones caseras y, para aquellos que deseen un broche final dulce y poco empalagoso, la inspiración de fresa y bergamota con mousse de mascarpone y pistachos, ligera y golosa.
La decoración de Cícero evoca un espacio elegante y tranquilo. Con pinceladas románticas gracias a la luz de sus ventanales y a los tapices de sus butacas y sillones. Un lugar donde apetece estar y pasar las horas, bien disfrutando de su carta llena de sabor o degustando su propuesta líquida.
Lo bueno: Lugar ideal para el afterwork ya que no cierra de tarde y tiene una generosa oferta de destilados que se pueden combinar con algunos platos para compartir.
Lo mejor: Su mesa comunal le da un plus atractivo y dinámico al local. Un concepto muy llamativo para ir a conocer la generosa carta de Cícero.
Precio medio: 60 €
Menús de la ‘Mesa Cícero’: 50 € / 70 € / 90 € (maridajes: 25 € / 45 € / 60 €)
Dirección: Lagasca, 48. Madrid Teléfono: 638 346 417
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