Ayer se celebró el 15º aniversario de la Silla Príncipe Claus, una cátedra universitaria que se ocupa de favorecer el Desarrollo y la Igualdad en asuntos de Educación, nombrada así en honor del marido de Beatriz de Holanda, fallecido en 2002, padre del actual Rey Guillermo y, por tanto, suegro de Máxima. La ahora Reina de los Países Bajos presidió un acto para conmemorarlo que tuvo lugar en el palacio de Noordeinde, en La Haya, al que también asistió su suegra. 

Maxima de Holanda

Máxima, que además es patrona de esta Silla, ofreció el discurso de apertura. Más allá de sus palabras, reparamos en su estilismo, tan llamativo como acostumbra y fiel reflejo de su gusto más bien barroco. En esta ocasión, la base era un vestido de Dolce&Gabbana, en color rojo, que casaba perfectamente con su naturaleza abierta y apasionada. Aunque lo que verdaderamente marcaba la diferencia era un complemento: su pañuelo de seda estampado de vivos colores.

Maxima de Holanda

No es extraño que la esposa del Rey Guillermo recurra a los pañuelos o similares. De hecho, suele usar chales y fulares con cierta frecuencia. Sin embargo, sí es la primera vez que se lo pone de esta manera: cruzado por encima de un hombro y anudado en la cadera. Con ello, Máxima realizó un tour de force reinventando el concepto del pañuelo, que en este caso hace una función embellecedora y también ejerce de falsa chaqueta.

Máxima de Holanda, que el 17 de mayo cumplirá 47 años, ha sabido reinterpretar uno de los complementos más en boga de la temporada, pero adaptándolo a su inconfundible estilo. Quizás acabe marcando tendencia en la línea de las mejores influencers.

Máxima de Holanda reinventa la forma de ponerse un pañuelo
La Reina, con su suegra, la Princesa Beatriz.