La tiara fringe también es conocida por su forma como “rayo de sol”. Se dice que tiene sus orígenes en la antigua Grecia donde los reyes y sacerdotes usaban coronas de oro con la forma de rayos de sol para denotar su divinidad. En su diseño se utilizan el oro blanco, el platino y las barras de diamantes, que también recuerdan a las diademas de las zarinas conocidas con el nombre de “kokoshnik”, y fueron una adaptación del traje típico de una joven campesina rusa.

Carlota de Mónaco, bisabuela de Andrea, recibió la tiara como regalo de su padre Luis II hacia 1920.

En la boda de Guillermo de Luxemburgo, Carolina llevó la tiara como collar.

La tiara fringe de Mónaco solo la habían utilizado hasta ahora la princesa Carlota y su nieta Carolina. Según se ha publicado, Carlota nunca se llevó bien con su nuera, la recordada princesa Grace, a quien nunca le cedió el uso de sus diademas Cartier que, sin embargo, sí ha llevado carolina, que las reserva para grandes ocasiones como las bodas reales las que ha asistido. Este modelo de tiara también puede usarse como colar, tal y como Carolina la utilizó para la cena de gala de la boda de Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo.

Isabel II llevó la tiara fringe Hannover, que data de 1830, cuando se casó en 1947 con Felipe de Mountbatten.

Victoria de Suecia utiliza frecuentemente su fringe, que data del siglo XIX.

La de Marie Chatal Miller, esposa del príncipe Pablo, proviene de la familia real griega.

La princesa heredera Sophie de Liechtenstein con la llamada "fringe de los Habsburgo", de la época de Sissi.

La princesa Benedicta, hermana de la reina Margarita de Dinamarca, también luce en las grandes ocasiones su fringe.