La infanta Cristina durmió ayer en La Zarzuela, arropada por su familia
Aunque llegó en coche, se pudo captar su entrada al juzgado. Con una imagen muy discreta y apropiada para una circunstancia como esta, llevaba un bolso de la firma Coach, concretamente el modelo Madison, que cuesta 650 euros. Letizia tiene uno igual y su hermana Elena otro marrón.
Cristina, muy sonriente, a la salida del juzgado, en torno a las seis y media de la tarde.
A lo largo de la mañana empezaron a trascender algunas de las declaraciones realizadas ante el juez Castro. Manuel Delgado, abogado de Frente Cívico, una de las acusaciones particulares, ha afirmado que la infanta Cristina ha dicho ante el magistrado: "Tenía mucha confianza en mi marido". Por otra parte, se ha destacado que dijo no recordar muchas cosas y se desvinculó completamente de las actividades de su marido.
La expectación era máxima también en las dependencias del juzgado.
En el interior esperaba a la hija de los reyes su abogado Jesús María Silva.
Las inmediaciones del juzgado ya estaban cortadas desde la madrugada y los alrededores completamente blindados, con controles no solo del subsuelo sino desde algunas de las azoteas de los edificios e incluso a través de un helicóptero que sobrevolará el área. Para garantizar la seguridad de la infanta Cristina se ha contado con 200 agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, en un momento de gran presión social, no solo allí físicamente sino también en las redes sociales.
La infanta Cristina pasó la noche anterior en Barcelona, donde ha estado recibiendo asesoramiento de su abogado, Miquel Roca, y su equipo, y apoyo psicológico para afrontar este momento tan duro para ella en las mejores condiciones anímicas. De hecho, una de las razones que se había esgrimido para autorizar que realizar el acceso al juzgado en coche era garantizar que llegara tranquila a hacer su declaración.
Como decimos, para garantizar la seguridad de la infanta, los traslados de ida y vuelta al aeropuerto de Palma de Mallorca, se ha contado con dispositivos de la guardia civil. Este trascendental momento, el de la llegada, tiene pendientes hoy a todo el mundo. De hecho, hay desplazados a la isla 300 periodistas de 90 medios nacionales e internacionales.
El fiscal Pedro Horrach ha hecho público dos días antes de la vista, que no acusará a la infanta en su escrito de los delitos que pretende el instructor José Castro, pues no es autora ni cooperadora de esos delitos porque, según la tesis de la Fiscalía, desconocía que se hubieran producido.
La Fiscalía Anticorrupción, sí pedirá para la infanta unaresponsabilidad civil de 600.000 euros por su actuación en la sociedad Aizoon, que poseía a medias con Iñaki. Según fuentes fiscales, no hay delito porque en ningún ejercicio fiscal supera los 120.000 euros exigidos para que así sea, pero sí se le puede hacer responsable civil de la mitad de la cantidad que Noós desvió a Aizoon, de dinero obtenido de instituciones públicas que consiguió su marido a través del cohecho y la malversación de fondos entre 2003 y 2007.
La infanta Cristina estuvo preparando estos días su defensa en Barcelona y apenas se pudieron captar imágenes, porque hizo todo lo posible por pasar inadvertida.
En cuanto a la declaración, se sabía desde hace días que la infanta sólo respondería, ante el juez Castro y un retrato de su padre, el rey Juan Carlos, a las respuestas formuladas por el juez (que está acompañado como apoyo por la juez María Pascual) a las respuestas formuladas por el propio magistrado, por la Fiscalía Anticorrupción, y sus abogados. No responderá a las realizadas por las acusaciones particulares.
Aunque en esta ocasión ha estado sola en la declaración, la reina Sofía ha sido quien más ha mostrado públicamente su apoyo a su hija.
Iñaki Urdangarin acompañó a su mujer a Barcelona, aunque volvió a Ginebra y no estuvo a su lado en un día tan crucial para ella.