Charlène reaparece en Nueva York con uno de los diamantes más raros del mundo

La princesa Charlène de Mónaco ha cogido el gusto a esto de hacer apariciones estelares que acaparan todas las miradas, como así ha hecho una vez más en Nueva York tras varios días en paradero desconocido. A miles de kilómetros de Mónaco, la esposa del príncipe Alberto ha viajado hasta la Gran Manzana para asistir a la ceremonia de entrega de los Premios de la Fundación Princesa Grace, que ha tenido lugar este jueves. Un acto donde la sudafricana ha llamado poderosamente la atención de los allí presentes no solo por su imponente presencia, sino por ir acompañada por uno de los diamantes más extraños y peculiares del mundo que, entre otras cosas, lleva por nombre 'diamante Grace', en honor a Grace Kelly.

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Aprovechando su nuevo look, con la melena más corta que nunca y de un rubio platino con el que parece sentirse cómoda, la princesa Charlène ha apostado fuerte en cuestión de estilo en su cita importante en Nueva York. Ya más recuperada de sus problemas de salud que le mantuvieron durante meses oculta de miradas ajenas, ahora acapara todas las atenciones con un delicado vestido satinado con flores pintadas de forma abstracta que ha enamorado a los expertos en moda. Pero quizá lo que más ha llamado la atención de todos ha sido la elección de sus joyas y es que ha sacado a pasear un collar que hasta la fecha aún no se había mostrado al público y que está coronado con un raro diamante conocido como ‘Diamante Grace’.

En el cuello de la princesa Charlène de Mónaco colgaba un exclusivo collar con nombre propio, pues se le conoce como ‘La vie en rose’, que fue realizado por las magistrales manos del joyero de la Place Vendôme, Lorenz Bäumer. La importancia de esta pieza reside principalmente en el diamante que lo corona, una piedra rosa tallada por Maison Mazerea procedente de una mina de Australia, como así describen en la web de la firma de joyería, que destacan su “notable belleza natural, cada faceta de la piedra ha sido perfectamente posicionada, cortada y pulida a mano por maestros artesanos para revelar un brillo extraordinario, como si estuviera iluminado desde dentro”.

El ‘diamante Grace’ lleva este nombre en honor a Grace Kelly, de ahí la importancia de que la princesa Charlène lo luzca y más por el día en el que ha elegido presentarlo al mundo. “El diamante es un tributo adecuado a la Princesa y apoya nuestra misión de preservar el legado de la princesa Grace para las generaciones venideras”, decía Brisa Carleton, directora de la Fundación. La cita en Nueva York en los Premios de la Fundación Princesa Grace era especialmente relevante pues se cumplen 40 años de la muerte de la mítica princesa, madre del príncipe Alberto de Mónaco, de ahí que la elección de esta exclusiva piedra y este collar para una noche como esta haya sido entendido como el mejor homenaje que Charlène podría hacerle a la suegra que nunca conoció.