El Rey Felipe, sin la reina Letizia ni sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, se ha regalado tiempo de ocio con sus amigos con la ciudad de Burgos como exclusivo telón de fondo. El Jefe del Estado ha visitado la región este sábado con motivo de una cita con amigos y compañeros de su etapa en la formación militar, lo que ha supuesto una sorpresa para aquellos que se cruzaban con él por la calle, dado que su escapada no estaba recogida en la agenda oficial al tratarse de una actividad de carácter privada. La quedada tenía como enclave agendado el restaurante Puerta Real, un popular asador del centro de la ciudad con vistas a la afamada catedral de inspiración gótica, en el que el Rey Felipe y sus amigos dieron buena cuenta de los manjares más icónicos de la región de Burgos.

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© Robert Smith

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La agenda oficial de la familia real española se terminaba este viernes con el acto apadrinado por el Rey Felipe con la entrega de Cartas Credenciales a diplomáticos en el Palacio Real de Madrid. Tras terminar la velada, el soberano hizo las maletas para desplazarse a Burgos, donde tenía intención de recordar viejos tiempos con sus compañeros de su etapa militar, con los que compartió mesa y mantel para degustar maravillas de la gastronomía de Burgos. Así, tal y como recogen en el ‘Diario de Burgos’ tras consultar con fuentes del propio restaurante, se ha podido conocer qué ha comido el Rey Felipe y sus amigos en su cita.

Al parecer, la cita llevaba tiempo fijada en el calendario para este sábado 24 de septiembre. El restaurante recibió el encargo de reserva para 55 personas tres semanas atrás, pero sin saber que entre los comensales estaría el mismísimo Rey de España. Fue toda una sorpresa y tan solo tuvieron constancia de ello diez minutos antes de que éste apareció por la puerta: “Cuando ha empezado a llegar la gente me han dicho que venía el Rey de España, he pensado que me estaban vacilando”, aseguraba Tosio Benito, encargado de dar de comer al Rey Felipe y a sus amigos de la Escuela Naval Militar.

El Rey Felipe
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Un hombre que ha sido testigo de cómo se desarrolló la velada, destacando la cercanía con la que el soberano trataba con sus amigos: “Ha salido un servicio espectacular, nos ha felicitado y nos ha firmado en el libro de oro”, destacan desde el restaurante donde el Rey Felipe y sus compañeros de etapa militar se han dejado mimar con los platos más característicos de Burgos. El menú en cuestión ha consistido en marisco burgalés, morcilla, chorizo cocido con vino de chacolí y cecina. Después continuaron estimulando sus paladares con lomo de vacuno, aunque el Rey Felipe también quiso probar el lechazo. A la hora del postre el triunfo se lo llevó la tarda de San Marcos.

Un plan con el que el Rey Felipe ha recordado anécdotas pasadas con compañeros con los que tomó su formación militar y que décadas después continúa considerando amigos. Una velada que se ha desarrollado con total normalidad, después de tomarse precauciones para asegurar la integridad del rey Felipe. Una vez allí, en el restaurante, el Rey quiso ser uno más y no llamar demasiado la atención, aunque no dudó incluso en dejarse fotografiar con el equipo de trabajadores del local, demostrando que es cercano incluso cuando no quiere llamar la atención.