Tras la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias, presidida por Felipe y Letizia, y en la que también estuvo presente la reina emérita, Doña Sofía, este viernes en Oviedo, el sábado tenía lugar otro de los actos más esperados de estos galardones: la visita al pueblo ejemplar de Asturias 2018.
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Moal, un municipio de 101 habitantes, fue el escogido entre un total de 32 pueblos que se presentaron, para recibir la solemne visita de los monarcas y dar a conocer algunas de sus tradiciones más emblemáticas y características.
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Antes de las doce del mediodía, los Reyes llegaban a este enclave asentado en un estrecho valle por el que discurre el río Muniellos y que cuenta con cuatro barrios dispuestos de forma dispersa y alargada.
El barrio de El Cascarín
La primera parada de la visita real ha sido en el barrio El Cascarín, donde los Reyes, muy sonrientes y cercanos, han recorrido la calle principal del municipio. Don Felipe portaba en su mano el bastón de mando, que recibió de manos del alcalde de Cangas del Narcea, José Víctor Rodríguez.
Visitando el molino
Otra de las primeras paradas de su recorrido ha sido la visita al molino hidráulico de casa Roque, donde les han contado cómo funcionaba la maquina que estuvo moliendo el trigo para los habitantes de la comarca hasta que cesó su actividad, hace tres lustros.
Bolo vaqueiro
Una de las actividades programadas en la visita de los monarcas ha sido una exhibición del "bolo vaqueiro", un modalidad del juego de bolos tradicional en Asturias.
Don Felipe, un experto tirador
Don Felipe, como amante del deporte desde que era bien pequeño, se ha animado a probar suerte en esta disciplina. En el primer tiro ha logrado derribar todos los bolos, lo que ha levantado un aplauso general y la felicitación de la propia Letizia.
Conociendo las actividades típicas
En su recorrido, Don Felipe y Doña Letizia han podido conocer algunas de las tradiciones y trabajos manuales de este pueblo, como son el enristrado de cebollas y el escaxinado de fabas, que han mostrado dos vecinos.
La carta de Don Felipe
Una de las anécdotas de la mañana se ha producido cuando una señora, de las que estaba haciendo una exhibición de las costumbres locales, le ha mostrado al Rey una foto suya de hace años que llevaba una dedicatoria especial. Y es que el hijo de esa señora -de edad similar a Don Felipe- le escribió una misiva cuando estaba en el colegio con otros compañeros de clase. El monarca, en un simpático gesto, le contestó con otra carta y la foto que todavía guarda la familia, y a la que la revista SEMANA ha tenido acceso.
La Asociación de Mujeres
Una de las últimas paradas ha sido el stand de la Asociación de Mujeres de Moal, donde se han mostrado los trabajos que han realizado las mujeres del pueblo, y donde los Reyes han recibido varios obsequios, como jabones elaborados de manera artesana y natural, miel y la bebida más típica asturiana: sidra.
Una placa conmemorativa
Tras saludar a las representantes de la asociación anteriormente mencionada, los Reyes se han dirigido al monolito situado en la plaza del pueblo para descubrir una placa conmemorativa de su visita.
'¡Viva Moal!'
Minutos antes de que el Rey comenzase a leer su discurso ante el alcalde de Cangas y de Moal, se escucharon una serie de 'vivas', hacia Felipe y hacia Letizia. Gesto ante el que monarca añadió uno propio: "¡Viva Moal!" para el regocijo de los vecinos.
Curioseando entre manzanos
Los monarcas también se han detenido para dirigir su atención a un grupo árboles frutales, en concreto manzanos, que estaban próximos a un rebaño de terneras asturianas.
Demostración de un grupo folclórico
Antes de marcharse del municipio, los monarcas han podido presenciar la interpretación de un baile típico interpretado por el grupo folclórico cangués "Perendengue".
El bosque de Muniellos
Una de las últimas actividades de lo monarcas ha sido la visita al bosque de Muniellos, el mayor robledal de Europa y reserva natural de la biosfera.
Regalos para sus hijas
Los monarcas han posado con una asociación de deportistas que les han regalado cuatro camisetas, dos para ellos y dos para sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.