Tras la muerte de la Reina Isabel de Inglaterra su hijo, Carlos III, ha acaparado todas las miradas. No solo por el rol que le toca asumir, sino por sus salidas de tono en los últimos días. En tiempo récord ha protagonizado varios momentos incómodos con sus trabajadores, entre otros, un gesto de desprecio con el que le pide a un empleado que retire algo de la mesa y otro con el que deja claro que se frustra cuando algo no sale como espera. A esto ahora también se suma el despido masivo que ha hecho nada más asumir su nuevo cargo en la Corona Británica. Al parecer, casi un centenar de trabajadores de la casa en la que vivía hasta antes del fallecimiento de su madre, la Clarence House, han sido despedidos.

Reina Isabel II
Gtres

El diario The Guardian ha explicado que les notificó su despido a través de una carta. A pesar de que estuvieron a su lado mientras que ejercía de Príncipe de Gales, ahora Carlos no cree que sea necesario tener a estos empleados trabajando allí. Él y Camilla se mudan al Palacio de Buckingham y, por ello, han decidido prescindir de trabajadores, dando igual el tiempo que llevaran en plantilla. Pertenecen al equipo de comunicación, la oficina de finanzas, secretarios privados o el personal doméstico, lo que deja ver que en todos los departamentos habrá bajas laborales. Un despido que, además, se produjo cuando tuvo lugar la primera misa en honor de la Reina Isabel, lo que hace todavía más complicado.

Nada hacía pensar que dejarían de contar con ellos y, por esta razón, el enfado es mayúsculo. De la noche a la mañana se han quedado sin trabajo, tal y como cuentan fuentes cercanas a estos trabajadores. "Todos están absolutamente furiosos, incluidas las secretarias privadas y el equipo con más experiencia. Todo el personal ha estado trabajando hasta tarde todas las noches desde el jueves para encontrarse con esto. La gente estaba visiblemente conmocionada por eso", han comentado. Otros, por el contrario, seguirán trabajando para la Corona Británica.