Despues de París, Letizia debía estar agotada de tanto cambio y tanta necesidad de estar perfecta. Quizás por eso en su cita con las Fuerzas Armadas se dijo: Ahora me voy a relajar un poco… Al menos en cuestiones estilísticas. Y eso es lo que vimos en la soleada jornada de sábado. Vuelta al clasicismo… ¿Y vuelta a lo aburrido? Bueno, bueno, no nos precipitemos…

Mal no iba, pero en comparación con las sorpresitas que nos dio en su viaje a Francia, pues nada nuevo que aportar. La Reina hizo una mezcla de prendas ya conocidas: una chaqueta de Hugo Boss y una faldita plisada de Felipe Varela. Todo en blanco. Lo único novedoso fueron sus sandalias de Carolina Herrera, compuestas de dos escuetas tiras y fino tacón, solo aptas para pesos pluma como ella.

Para el pelo volvió a recurrir a su moño marca de la casa, con mechones retorcidos y entrelazados, ideal para que corriera el aire por el cuello en medio del calor madrileño.
Resumen: un conjunto primaveral correcto, sin más. ¿Qué opináis vosotr@s?

