La Reina Letizia se quita el miriñaque de su famoso vestido oriental

Sorpresa absoluta la de esta tarde. La Reina Letizia ha aparecido en las calles del centro de Madrid con uno de sus vestidazos más emblemáticos y lo ha desmitificado por completo. Hablamos del diseño de Felipe Varela que estrenó para los Premios Princesa de Asturias de 2017.

Un look de aires orientales que en principio estaba destinado a un único y esplendoroso fogonazo ante los focos (la ceremonia en el teatro Campoamor de Oviedo), pero que la Reina ha decidido descontextualizar y desdramatizar para bajarlo a la calle.

Cuando Letizia ha puesto el pie en el asfalto al salir de su coche, nos ha dejado boquiabiertos. Iba 'muy' vestida. Le esperaba el acto de toma de posesión de las académicas electas Elena García Armada y Ana Conesa Cegarra, en la Real Academia de Ingeniería de Madrid. Y así ha elegido presentarse.

Eso sí, hablemos de ese proceso de normalización del vestido. Para empezar, Letizia le ha quitado el miriñaque que tanto nos llamó la atención en la alfombra azul asturiana hace cinco años. Eso hacía que la falda tuviera volumen e hiciera ese efecto de regio rebote, arriba y abajo. Esta vez sus tablas caen de forma natural.

El tejido de georgette de seda blanco con primorosos bordados en hilo negro con motivos de flores, garzas chinas y el símbolo oriental asociado a la longevidad causaron sensación. El cuello de tirilla subido y la manga al hombro nos remitían claramente a tierras de Oriente. Para completarlo, el vestido incorpora un fajín de cristales. Todo un golpe de efecto. ¡Una fiesta!

Estos looks 'de premio', de gala, no suelen repetirse. Aunque todo puede someterse a una revisión. ¿Por qué tenerlos guardados cuando se merecen más de una vida? Letizia ya lo ha hecho antes. Hace justo un año rescató el vestido gris antracita de los Premios de 2018 para asistir a la entrega del premio Planeta. O el pasado junio cuando se puso el vestido negro de The 2nd. Skin que llevó en los Princesa de Asturias de 2021. Hoy ha seguido el mismo camino.

La Reina Letizia se ha acordado de este llamativo vestido (arriba podéis ver la diferencia), y más ahora que nos quedan escasos veinte días para la nueva edición de los prestigiosos galardones. ¿Guiño al canto? Lo que sea...

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Quitándose la crinolina (ese aparataje de siglos pasados, algo incómodo), soltándose el pelo y rebajando al máximo el tono de las joyas, Letizia ha encontrado en esta tarde madrileña una buena excusa para soñar con otros aires, otras tierras, otras culturas... ¡Bienvenido de nuevo!

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