Don Felipe y doña Letizia han acudido a la investidura del Príncipe de Orange Wilhem Alexander como nuevo Rey de los Países Bajos. La etiqueta marcaba para las mujeres vestido largo con tocado o sombrero, una combinación un tanto extraña ya que los adornos se suelen llevar con vestido corto. La Princesa de Asturias, perfecta y fiel a su estilo, ha estrenado un vestido en seda y tul titanio, bordado con microperlas acero y cristal de Varela combinado con sandalias y pochett en ante hematite , ambos complementos de Magrit. El tocado disco con pétalos de organza y plumas al tono, esta vez no ha sido de Pablo y Mayaya, sin de María Nieto -creadora de los tocados de los familiares de la Princesa en su boda con el Príncipe-. En cuanto a joyas, Letizia ha vuelto a lucir los pendientes de diamantes -ya los llevó en la cena de ayer- que le regalaron los Reyes con motivo de su boda y el anillo Paréntesis de oro blanco y diamantes de Bulgari. Como condecoración la Princesa ha llevado la banda de la Gran Cruz de Carlos III sujeta con un broche en forma de flor de lis que pertenece a una de sus tiaras.
La protagonista indiscutible de esta investidura ha sido la Reina Máxima de Holanda que con su conjunto azul klein del diseñador holandés Jan Taminau ha conquistado a todos. El vestido, confeccionado en gasa y con aplicaciones de pedrería y cristal, combinaba con una impresionante capa. Las joyas elegidas por la nueva reina tampoco han defraudado: la tiara de diamantes y zafiros de la joyería Melleiro -regalo que le hizo el Rey Guillermo III a su hija Guillermina, la bisabuela de Whilem Alexander- junto con los pendientes ha sido una elección 10.
Como curiosidad me gustaría destacar que los vestidos amarillos de las tres hijas de los nuevos Reyes de Holanda son de una diseñadora española, Pili Carreras.