Como pasó en Nueva Zelanda, cientos de personas esperaron durante horas la llegada de los duques de Cambridge y el pequeño George, que fueron recibidos en el aeropuerto Kingsford Smith de Sídney por el primer ministro australiano, Tony Abbott. En un claro guiñó al país de los canguros, Kate quiso rendir un pequeño homenaje luciendo un vestido amarillo, uno de los colores de Australia, de Roksanda Ilincic, diseñadora serbia residente en Londres.
La primera comparecencia de los duques y su hijo tuvo lugar ante la emblemática Opera de Sídney, donde recibieron la más multitudinaria y calurosa de las bienvenidas por parte de unos ciudadanos a los que Guillermo y Kate se unieron para estrechar manos, recibir felicitaciones y, como ya es habitual, regalos para el pequeño George.
Sin embargo, mientras Guillermo, Kate y George eran aclamados por la multitud, entre bambalinas la inquietud y el nerviosismo de las autoridades locales era patente. Y es que horas antes, Barry O’Farrel, premier de Nueva Gales del Sur y ministro de Western Sídney, se veía obligado a dimitir por un presunto caso de corrupción. O’Farrel y su esposa, Rosemary, debían haber participado en la ceremonia de bienvenida a los duques, y también en la recepción que en su honor iba a tener lugar en la Ópera de Sídney, aunque tras conocerse la noticia fueron borrados inmediatamente de la lista de invitados.
En la recepción, Guillermo pronunció su primer discurso en Australia y terminó con estas palabras: «No puedo terminar sin mencionar a otro miembro de la familia, George, que ahora está ocupado forjando su propio vínculo con Australia. Catherine y yo estamos muy agradecidos por los innumerables regalos y mensajes de cariño que nos llegaron desde Australia cuando George nació. Sospecho que la primera palabra de George podría ser ‘Bilby’, porque ‘Koala’ es más difícil de decir. Realmente esperamos sentirnos en familia con todos vosotros. Australia es un lugar inspirador, como esta increíble Ópera House muestra claramente, y sé que los próximos días van a ser inolvidables», dijo Guillermo.
En la agenda de los duques en Australia figuran un buen número de compromisos, entre ellos, una visita a Uluru, también llamado Ayers Rock, una formación rocosa en el centro de Australia donde se encuentra el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, uno de los más grandes del mundo.
También viajarán a las Montañas Azules, situadas al oeste de Sydney, y pasarán un tiempo con algunas de las familias afectadas por los incendios forestales que arrasaron la región en octubre pasado.
Y, pensando en George, no podía faltar un completo recorrido por el mundialmente famoso Zoológico de Taronga. El pequeño George será el verdadero protagonista de esta cita, ya que ese día el recinto de los bilby, peqpeños marsupiales, será bautizado con el nombre del príncipe George de Cambridge.
En el viaje desde Wellington, ciudad de la que se despidieron visitando la Academia de la Policía Real de Nueva Zelanda, Kate cambió su traje de chaqueta de Rebecca Taylor por el vestido amarillo ya descrito de Roksanda Ilincic, y a su hijo George, demasiado abrigado para protegerse del mal tiempo de Nueva Zelanda, con un traje oscuro y chaquetita en color crema, le puso un coqueto pelele blanco con bordados azules.
Su primera comparecencia pública tuvo como marco la emblemática Ópera de Sídney.